Epílogo

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En pocos meses la mansión Suthiluck Rojnapat cambio mucho, los abuelos compraron el terreno aledaño su intención era construir su residencia ahí, pero para Arthit que había vivido tantos años sin un rostro familiar le era difícil no estuvieran bajo su mismo techo después de todo la actual casa tiene tantas habitaciones vacías. Derribaron la pared y el terreno se incrementó, así que en lugar de eso ya pensarían en cosas para sus bisnietos tal vez canchas de básquet, golf, pistas para correr, una alberca olímpica, cualquier cosa, después de todo, cada centavo ganado y por ganarse de las regalías de sus libros, empresas e inversiones eran herencia de su único nieto, pero esperarían a que naciera su primogénito para prepararlo.

Pero si se añadió una casa más, cuando Chayapol le conto sus intenciones con Patrick este se alegro y después entro en pánico ¿Qué haría sin su mejor amigo? Prácticamente Chayapol es la persona que a estado siempre a su lado y su Sol sugirió vivieran aquí, en su propio espacio y privacidad, para él su rottweiler y dóberman eran personas valiosas tampoco se imaginaba la hora de la comida sin ellos peleando por el ultimo bocado. Para su sorpresa la nueva pareja acepto, primero dijeron pagarían la construcción, pero cuando el pequeño gato dijo que seria de sus propios bolsillos no hubo mas tema, nadie se atrevía a contradecirlo embarazado y hormonal.

Aunque aun no adoptan oficialmente a Simón se les permitió tenerlo los fines de semana, Kong busco al mejor terapeuta, tal vez el daño en su pierna era irreversible, pero tendría los mejores especialistas y le ayudara a caminar lo mejor posible, con muletas, prótesis lo que sea, para que Simón se sienta normal, además les dijo que cuando sea grande será un campeón olímpico y tiene dos padres que le ayudaran a lograrlo.

Ese sábado de luna nueva comenzó la labor de parto, sentía incomodad mientras preparaba la cena y no es que no hubiera cocineros o montón de servidumbre que Urassaya se esmero en reclutar muy meticulosamente, sino porque el castaño sabía que su familia disfrutaba mas su comida y eso le hacia feliz. Termino de servir y se sentó con ellos, pero no pudo probar bocado, cuando sintió se reventó la bolsa de líquido amniótico con toda la calma que pudo reunir le dijo a Kong que era hora.

No recuerda como llego al hospital, porque solo veía a todos hacer llamadas, tal vez porque su estambre era médico, se mantuvo sereno y no olvido ningún detalle, estuvo a su lado sujetando sus manos en cada contracción, le dio palabras de animo y ayudo a secar el sudor su frente.

Y ese día descubrió un nuevo sonido que amar además de los latidos de su corazón, escuchar el llanto de su bebé le pareció un milagro, unos pulmones poderosos anunciando su llegada al mundo, ese llanto que ceso tan pronto Gawin lo acomodo en su pecho para que se llenara del calor y olor de mami. Kong no dijo nada en lugar de eso solo lloro en silencio, ¿Cómo una sola persona pueda darle tantos momentos felices? Quería comérselos a besos, congelar esa imagen para siempre, no importa que tan agotado estuviera su sol por llevar toda la noche en labor de parto su sonrisa era todo lo que estaba bien en este mundo y esa pequeña bolita blanca de cabellos oscuros es perfecta y cachetona.

- Es una suerte se parece a ti Arthit – dijo Gawin mientras terminaba de limpiar.

- Oye ¿estas insinuando soy feo?

- Nop, pero Arthit es más lindo – Kong chasqueo la lengua para su amigo, pero después vio a sus amores y sonrío con ilusión.

- Tienes toda la razón.

- Ahora le daremos un baño y tu descansa un poco – en cuanto levanto al bebé que descansaba calientito comenzó a llorar.

- No, dámelo.

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