Capítulo 35. Una despedida y una tregua.

58 12 39
                                    

༺♥༻❀༺♥༻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

༺♥༻❀༺♥༻

—Cuéntame por qué estamos haciendo esto —refunfuñó Tessa mientras ataba otro globo a una estructura que tenía que ser un arco, pero parecía más una «v» invertida.

—Porque somos buenas personas —Le dediqué una sonrisa y le pasé otro globo que agarró con desganas y lo ató junto al otro.

—Eres —remarcó—. Yo ya la hubiera dado una patada en el trasero.

Me reí y le pasé el último globo.

Al volver del aeropuerto no nos dio tiempo ni a pensar en qué íbamos a hacer con aquella información. Cordelia nos había reunido a todos para darnos la buena noticia de que le habían dado un puesto de trabajo en una reconocida revista de moda y se iba a Los Ángeles ese mismo fin de semana.

Sabíamos que teníamos que encarar a Dallen y conseguir que parara lo que se suponía que estaba tramando. No sabíamos hasta dónde era capaz de llegar, pero no queríamos darle la oportunidad de demostrárnoslo. Los tres habíamos decidido no hacer ni decir nada hasta ponernos de acuerdo de cómo lo haríamos. Así que pasamos dos días enmascarando la incertidumbre y el terror en sonrisas y caricias desesperadas y la mente ocupada en lo más banal de aquel momento: La fiesta de despedida de Cordelia.

Leo apareció por la puerta de entrada, con la pancarta improvisada que habíamos hecho con un trozo de sábana vieja y una cuerda del trastero, y la desplegó por el suelo.

—Esto es lo más cutre que he hecho en mi vida —comentó Simon, mientras se acercaba a él.

—Ayúdame a colgarlo, anda.

Intercambiando una mirada fugaz, cogió un extremo de la sábana e intentaron colgarla dentro del supuesto arco de globos, pero con su forma atrofiada no dejaba leer las letras, por lo que optaron por ponerlo por encima.

—Estoy con Simon —soltó Tessa poniendo sus manos sobre sus caderas—. Es cutrísimo. Le va a dar un ataque de vulgaridad. Me encanta.

Le di un codazo en las costillas mientras intentaba esconder una sonrisa y Tessa replicó con un «¡¿Qué he dicho?!», que quedó eclipsado por la voz de Leo.

—Si nos avisa con tan poco tiempo, ¿Qué hacemos?

—«Hasta Pronto Cordelia» —leyó Tessa con sorna—. Originales somos un rato.

—No te he visto dar ideas cuando estábamos en plena crisis —contestó Leo.

—Ui, tenía muchas opciones, Leo. Créeme —Leo enarcó una ceja y bajó de la escalera—. Pero ninguna os hubiera gustado. Sobre todo a tu «amiguito sexual»

Leo abrió los ojos como platos y Simon se volvió del mismo color que su cabello. Le di otro codazo a Tessa.

—¡Deja de darme codazos!

Cuando Decidas Saltar ⚠️ ¡27/11/23 en físico!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora