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Estaba vigilando a alguien, eso estaba claro. ¿Pero a quién?
La noche anterior lo habíamos seguido, pero nuestros esfuerzos habían vuelto a ser en vano. Dallen se había sentado en la terraza de una cafetería por lo menos durante una hora, solo. Al principio pensamos que estaba esperando a alguien, pero después de una larga hora sin que nadie diera señales de aparecer, nos fuimos a casa. Mucho más confundidos que nunca.
Me había quedado despierta hasta las dos de la mañana, esperándolo. Pero, si no fuera por el rastro de olor de la almohada, creería que no había pasado la noche conmigo. Había venido demasiado tarde y se había levantado antes de que lo hiciera yo.
—¿Estás despierta?
Me giré hacia la puerta de la habitación y lo vi apoyado en el marco de la puerta.
—¿A qué hora te has levantado?
Dallen elevó la comisura de sus labios y se acercó hasta rodear mi cintura con sus brazos.
—Quería ir a correr.
—¿Desde cuándo corres? —pregunté, frunciendo el ceño.
—¿Desde cuándo haces tantas preguntas?
Soplé al mismo tiempo que Dallen soltaba una risa y se inclinaba hasta chocar su nariz con la mía.
—¿Vas a besarme ya?
Rodeé su cuello con mis brazos y me puse de puntillas para que mis labios besaran los suyos en un beso tierno.
Aunque tenía la tentación de sentarle y preguntarle qué estaba haciendo con su vida, preguntarle por qué seguía sin confiarme sus planes. Una parte de mí, llena de miedos, me frenaba con mucha más fuerza. No quería queme lanzara fuera de su vida como lo hizo cuando descubrió que había leído el diario de su abuela.
—Mucho mejor.... —masculló antes de profundizar el beso.
La verdad era que esa era la mejor forma de espantar mis fantasmas. Cuando me besaba, cuando estaba a su lado, las preocupaciones se esfumaban y me sentía como si fuéramos una pareja normal.
Una pareja sin secretos, sin mentiras.
Aunque para empezar, no sabía si ni siquiera éramos pareja.
Sus manos bajaron por mi espalda hasta apoyarse en mis caderas, apretando sus dedos en ella con firmeza y provocándome aquellas descargas eléctricas por mi cuerpo que solo era capaz de crear él.
—Buenos días —susurré al separarme un poco de sus labios.
—Me encantan estos buenos días —Me dedicó una sonrisa justo antes de bajar la mirada a mis labios y besarme de nuevo.
Me levantó del suelo sujetándome por debajo de mis muslos y yo rodeé su cintura con mis piernas para no caerme. Avanzó hacia la cama sin apartar sus labios de los míos y me dejó caer con cuidado sobre ella. Al inclinarse noté el suave peso de su cuerpo sobre el mío provocando que mis pulsaciones se dispararan. Sus besos abandonaron mis labios para centrarse en mi cuello y solté un gemido como respuesta al contacto húmedo de sus labios sobre mi piel.
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Cuando Decidas Saltar ⚠️ ¡27/11/23 en físico!
Teen FictionNora no sabe decir que no. Quizás es por eso que, sin darse cuenta, se verá inmersa en un viaje con el chico arrogante de ojos verdes al que apenas conoce, pero que pondrá todo su mundo patas arriba. ༺♥༻❀༺♥༻ Dallen no tiene nada que perder. Quizás e...