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En nuestro segundo día en nuestra estancia en el circo, durante la mañana decidimos limpiar y despejar un poco el lugar. Esto debido a mi insistencia en que el circo actualmente es un prominente peligro a la higiene.
El edificio que está junto a la carpa es una casona que usó la tropa de Moritonio para convivir. Yo pensaba que al igual que otros circos ellos usaban casas rodantes, pero Hisoka me explico que la tropa de Moritonio era particularmente de Glam Gas y estaban recién surgiendo al estrellato cuando se disolvió. Por lo que la casona cuenta con un baño en un estado maltratado pero lo suficientemente funcional como para reunir agua y poder tomar un baño.
Dejando de lado lo divertido que ha sido compartir esta experiencia con Hisoka, de conocer más de él y su pasado, hay algo que no me deja tranquila y que no he olvidado. Este es nuestro tercer día en Glam Gas y se suponía que el día de ayer él me daría su tercera noticia, pero no lo hizo. Quiero saber pronto de qué se trata porque tengo un pesado presentimiento al respecto y necesito liberarme de esta sensación. Estoy permitiendo que él prolongue la información de su tercera noticia, porque ha sido una grata instancia y no la quiero arruinar.
Hisoka ha estado bastante atento conmigo y mis necesidades, mi ropa la ha preparado él y es que cuando digo preparado me refiero a confeccionada, cosida, pensada, todo lo que incluya el proceso de crear un vestuario es lo que ha hecho Hisoka. Hoy me entregó otro traje distinto al anterior. La tela era de lycra y sin mangas, con menos detalles, aunque por supuesto, las figuras de las cartas de poker no podía faltar en este.
Ya no sacaba nada con seguir usando calzado, era mejor andar descalza y esto lo descubrí después de notar que ni siquiera Hisoka usaba calzado.
Me sentía de regreso a mi infancia, al juguetear sin preocupaciones y simplemente dedicarme a reír en compañía de mi arlequín. No recuerdo si alguna vez me sentí así de viva y libre, desde pequeña vivía con esa responsabilidad de tener que crecer para ser cazadora y estudiar para complementar mis conocimientos. Hisoka me sacó de mi rutina diaria y me trajo a vivir la suya y hacerme sentir como él. Da igual si solo llevamos dos días en estos, han sido dos días en los que no he sido consciente del tiempo, ni del trabajo, ni de nadie.
Aunque ayer durante la noche tuve un regreso a la realidad. Salí a tomar un poco de aire, sin la compañía de Hisoka, que en ese momento no sé en dónde se encontraba, y fue cuando me encontré con mujeres y hombres ofreciendo sus servicios en la oscuridad de la noche.
Las palabras de Hisoka cobraron aún más sentido cuando me fije en que los autos que se detenían a recoger estas personas eran autos de lujosas marcas. Los ocupantes de su interior se notaban adinerados y cubrían sus rostros con mascarillas, esto mismo hacían con las patentes, las cuales quitaban evitando ser reconocidos. Eran personas de diferentes edades, desde menores de edad hasta algunas ya pasadas del rango habitual que uno encontraría en estas situaciones. Quienes se notaban de menor edad eran subidos y transportados en vehículos con viejos y viejas verdes como ocupantes.
