(Antes de comenzar a leer, les doy aviso que el final del capítulo contiene un poco de +18)
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¿Alguna vez han pensado en la posibilidad de que su mayor sueño se haga realidad?
Yo sí, lo he pensado miles de veces y me he imaginado en distintos escenarios mientras cumplo mi sueño.
En una peligrosa aventura, corriendo de vándalos, buscando aquella brecha que me daría la posibilidad de acabar con ellos cuando de repente... ¡Aparece! Él, el hombre más conocido en el mundo de los cazadores pero que nadie tiene idea de cómo luce. Él aparece a rescatarme, a ayudarme y cuando estoy por descubrir su misterioso rostro, ¡Pum! mi alarma se entromete.
Y así otras fantasías más y de distintos tipos.
Ging, uno de los cazadores más nombrados, pero qué pocos logran tener idea de su ubicación actual o de su información personal. Lo único que se sabe es que es joven, o relativamente joven, dicen que ronda los treinta y más que eso no tiene. Significa que tengo una oportunidad con él.
Algunos rumorean que él tiene un hijo, pero no me importaría ser madrastra a mis veinticuatro años con tal de tenerlo a él como pareja. Al fin y al cabo, son simples rumores que ni él ha confirmado.
Y no, no soy de esas personas fanáticas por algún actor, celebridad, lo que sea, pero este hombre en específico es a quién más admiro debido a su forma de trabajar al querer restaurar las ruinas abandonas por alrededor del mundo.
Resumamos, es joven, tiene dinero, es un misterio completo, tiene incontables logros como un cazador arqueólogo, la pasión con la que realiza sus trabajos y ahora imaginen su fuerza... simplemente wow.
Nadie puede imaginar cómo se encuentra mi corazón en estos momentos, latiendo con intensidad a medida que escucho su voz tras la puerta de la oficina de Netero. Su voz, su maldita voz.
Vine al edificio de la asociación sin ánimo alguno, me sentía obligada por mi padre al tener que cumplir con sus mandatos, pero ahora todo eso no importa, en este maldito instante, soy la mujer más feliz del mundo.
Netero confirmó que era Ging al llamarlo por su nombre durante la conversación, la cual yo ni siquiera estoy espiando porque me interese, si no que la estoy espiando simplemente porque así sé cuándo debo interrumpir y por mientras, grabo la voz de Ging en mi memoria.
Me aparté asustada de la puerta cuando esta se abrió de golpe, revelando a un joven de cabello negro y puntiagudo, el cual contenía una expresión seria en su rostro. sus ojos son de un color ámbar, casi igual que los de Hisoka, solo que estos eran un poco más oscuros. Alrededor de su cabeza había una bandana de color mostaza, la cual evitaba que sus cabellos puntiagudos intervinieran en su visión. Una gran tela blanca y gastada cubría sus hombros.
Al parecer no se ha afeitado desde hace unos días por el crecimiento del vello de su barba.
Abrí y cerré mi boca unos segundos hasta que Netero llamó mi nombre un par de veces hasta que despabilé de mi admiración por Ging.
