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Fui ingenua al creer que los jugadores serian mi único obstáculo, resulta que el juego también tiene bandidos y monstruos. Al salir de la ciudad más cercana al punto de inicio y adentrarme al bosque me encontré con grupos de bandidos que te contaban historias tristes, por suerte y algo que debo agradecerle a Biscuit es que desde pequeña me enseñó a distinguir mentiras bien estructuradas — algo que ignoré por completo al conocer a Chrollo — pero en este juego debo estar más atenta a mi alrededor ya que las palabras de Ging estaban bastante presentes en mi cabeza, si muero aquí, moriré fuera del juego.
Lo bueno de no caer en las mentiras de los bandidos y en ser quien caza a los monstruos es que me he ganado unas cartas, sin contar las que le arrebaté a los otros jugadores que intentaron robarme. He notado que varios andan en grupo, pienso que o son muy cobardes y no les da la valentía para actuar solos o es que tal vez es más beneficioso así, pero lo dudo, el juego pone a prueba tu lealtad, varios desean matar por las cartas que les faltan y son capaces de traicionar por ellas, por lo que hacer equipo con personas dentro del juego no es algo que yo haría sin pensarlo dos veces.
Después de un recorrido llegué a Masadora, observé con detención cada punto, es muy colorido y extravagante en su estructura, distinto a la ciudad cercana al punto de partida. Recorrí las calles ubicándose y observando a las personas buscando una pista de Hisoka, cada cabello rojizo me hacía detener pensando en que podría ser él.
Me abastecí de unas cuantas cartas de defensa para poder estar más al nivel de otros jugadores, no quiero andar golpeando y amordazando a cada tonto que encuentre en el camino. Hisoka no está aquí, si lo estuviese, ya hubiese sentido su presencia. Suspiré cansada. La próxima ciudad es la del Amor, he estado consultado por los lugares a jugadores con los que me cruzo y al parecer ese punto es perfecto para descansar y "pasar un buen rato".
Pero gracias a un regalo de otro jugador que me crucé tengo una carta que me ayuda a teletransportarme a otra ciudad, por lo que tuve que salir de Masadora hasta un punto donde solo estuviese yo y poder viajar a la ciudad Aiai.
— Ara~ ♡ — Hisoka estaba frente a mí con una mano en su cintura y una sonrisa engreída — Tardaste bastante.
— Bueno, solo si alguien me hubiese dejado en claro todo desde un inicio... — Hisoka se acercó a mí y comenzó a olfatear me cuello y brazos, como si fuese un perro — ¿Qué te sucede?
Él entrecerró sus ojos separándose de mí — ¿Hiciste amigos desde que entraste en el juego? ♤
— No, ¿Qué se supone que haremos aqui? — me crucé de brazos expectante — ¡Oh! ¿y por qué me esperabas aquí? Digo, esperaba encontrarte en esta ciudad o Masadora, pero no justo en frente de la entrada ¿Acaso sabias que vendría justo en este momento? — entrecerré mis ojos, algunas veces he pensado en que Hisoka me debe tener implantado algún gps, siempre sabe dónde estoy o no le sorprende escuchar donde estuve, pero no creo, de ser así ya me hubiese percatado... o eso creo.
