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Después de quedarme diez minutos pensando en la conversación con Hisoka y de estar acostada en el césped seco decidí regresar a la guarida antes de que él cumpliera su amenaza de llevarme por su cuenta.
A pesar de que se marchó, pude sentir su mirada sobre mí, me estuvo vigilando en esos diez minutos, ¿la razón? no la sé, tal vez vigilaba que no me marchara por impulso o tal vez me cuidaba. a estas alturas espero lo que sea de Hisoka, cada cosa que viene de él tiene distintas intenciones y todas van de acuerdo con lo que él desea.
Al menos pude disfrutar un poco del aire libre antes de regresar a ese húmedo ambiente.
Tengo hambre y es probable que Machi esté preparando la cena con las provisiones que tiene y debo admitir que para lo poco que tienen, ella hace milagros con la comida, aunque tampoco quiere decir que sea la mejor cocinando, he probado cosas mejores y no sé por qué Hisoka no se ofrece a cocinar cuando él cocina de diez.
— ¿Dónde estabas? Creí que dormías... — la voz de Chrollo no tardó en llegar a mi cuando crucé la entrada de la guarida.
— Descansé en el campo, a veces es bueno conectar con la naturaleza. — comenté estirando mis extremidades, observé como él se acercó a mí para quitar algunas hojas y pasto seco de mi ropa. — Y hay una hermosa luna, deberías verla.
— Lo más hermoso está frente a mis ojos. — dijo con una suave sonrisa para luego depositar un beso en mi frente — También deberías abrigarte, estás helada y puedes enfermar — cubrió mis hombros con su abrigo, el cual abrigó de inmediato mi cuerpo.
— Gracias — agradecí con una sonrisa
— Y bien... — le observé con atención cuando él regresó su vista al frente sin borrar aquella suave sonrisa — ¿Ya sabes qué harás?
— ¿Te refieres a lo que me preguntaste antes? — él asintió — Estaré entrenando, un antiguo compañero me ofreció entrenar conmigo para no perder mis habilidades... — mentí descaradamente, pero con seguridad.
— ¿Qué compañero?
— Un amigo que conozco desde pequeña, con él aprendí nen y ahora se quiere dedicar a enseñar a niños el arte de nuestra escuela así que... es buena idea.
— ¿Eso es dentro de Padokia? — asentí en respuesta siguiendo a Chrollo por el pasillo — ¿No quieres viajar conmigo?
— En otra ocasión tal vez... la verdad es que siento que estoy perdiendo mi fuerza si me quedo quieta y por más que me guste buscar antigüedades o tesoros también me gusta pelear y usar mis habilidades, quiero hacer mis misiones y estar quieta me está enfermando.
— ¿Me sostendrías esto? — me entregó su libro a lo que él se agachaba para atar sus cordones — ¿En qué podrías usar tus habilidades para pelea?
Alcé una ceja algo confundida por su pregunta — ¿A qué te refieres?
— Tienes ese látigo, no recuerdo bien cómo funcionaba así que no comprendo qué uso de pelea tendría.
