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Desde ese día hasta hoy, que por fin llegó la ansiada víspera de año nuevo, con Hisoka continuábamos como si él jamás me hubiese pedido que al iniciar el año olvidáramos que alguna vez nos conocimos. No quería que llegara este día, si se pudiera retrasar el tiempo lo máximo posible lo hubiera hecho.
Hoy en particular me sentía decaída, Hisoka ni siquiera se encontraba a mi lado al despertar y durante la noche anterior me encargué de mensajearle a mis hermanos para darles aviso de que no llegaría para la cena de hoy por razones personales. También le envíe un mensaje a Biscuit, solicitando reunirme con ella, al parecer con esta última tuve más suerte porque casi de inmediato me respondió diciendo que a las doce en punto de la noche mandaría las coordenadas de su ubicación.
Sentía el pecho pesado y así mismo mi mente, la cual no me permitió conciliar el sueño en estos últimos días al tener tanto por analizar y planear a futuro.
No pienso buscar a Hisoka, no porque él me lo haya exigido, sino porque ya me cansé, me cansé de perder el tiempo con alguien como él. Mi mayor error fue que una parte de mí confiaba en la posibilidad de él entregándose a una relación conmigo. Ingenua. No... idiota. Eso soy.
Lo conozco mejor que a mí misma y aun así pensé en esa estúpida idea.
¿Me duele? Sí, me duele, pero no pienso quedarme con estos sentimientos, se los diré en la cara antes de que tengamos que marchar a nuestros caminos. Así podré cerrar con este ciclo llamado "El desorden emocional causado por Hisoka Morow"
Ya no me importaba la recomendación de Illumi con respecto de no usar mis tarjetas y mi nombre durante este tiempo, al final, Hisoka consiguió lo que deseaba y para no sentir que quedé en deuda le transferí a su cuenta bancaria el dinero de lo que costó mi nuevo departamento y que hasta el momento no se lo había podido devolver.
Había comprado un bolso y objetos personales para así estar preparada para mi reencuentro con Biscuit. También de esta forma podría guardar las ropas que Hisoka había preparado para mí, porque a pesar de sentir que no lo merecen, quiero conservarlo junto a mí, aunque sea en sus detalles.
Estoy sentada en el barandal del balcón, admirando la carpa de circo y ya extrañando los momentos irrepetibles que tuve con mi arlequín favorito. No dejo de recriminarme a mí misma por seguir considerándolo importante y por haber decidido que él se llevaría mi corazón. De todos los hombres habidos y por haber, por qué tuvo que ser él a quién mi corazón escogiera.
¿En qué momento le permití tener ese derecho? Es frustrante. Me siento decepcionada de mí misma.
Claro que estas son lamentaciones internas y que no pienso compartirlas, al menos no con él.
Salí de mis pensamientos cuando sentí un par de manos sostenerme desde mis hombros. Es Hisoka. No hace falta que me gire a observarle para confirmarlo, su aura y su aroma me lo confirman.
