Esta vez la cita fue una velada privada en el mejor Igual de todo Tokio. La velada estaba magnífica. El italiano se aseguró de que todo estuviera perfecto para su Piccolo. De verdad se lo merecía.
Lightning vestía un traje color crema durazno de cola larga atrás, y pañuelo en el cuello, era sencillo, pero le quedaba precioso, y se ajustaba a la perfección a su figura curvilínea y sensual.
Francesco casi tuvo que recoger su quijada en cuento lo vio tan elegante, sexy y hermoso, bueno, su Piccolo siempre estaba hermoso y sexy, pero está noche estaba despampanante.
Cómo querían privacidad y cero paparazzi esa noche, Francesco se aseguró de que les dejarán el balcón solo para ellos, dónde no serían molestados en su velada.
Lightning despertó de maravilla esa mañana, con Francesco a su lado, dejando su desayuno favorito en una mesita, mientras ambos pasaban una mañana agradable en compañía del otro. Lightning decidió ser un poco egoísta y no pensar en el problema de las misiones actualmente. Solo disfrutar con su italiano y ser ellos dos, nada más.
Por ahora no habían muchos datos o movidas sobre Natalie, eso significaba que estaba quieta pero, que estaba trabajando en ideas locas para volver, lo que era preocupante. Lightning se arrepintió de no haberla atrapado desde un comienzo, pero no era de certeza saber si los secuaces de Natalie pararían, o harían el trabajo por ella. No era seguro, y había muchas posibilidades.
Se encontraban en ese momento bailando una tonada suave, mientras ambos se balanceaban al compás de la canción, y la luz de la luna y los faroles a su alrededor iluminaban sus cuerpos ante cada movimiento. Las manos de Francesco estaban sobre la fina cintura de Lightning, y este por su parte tenía las manos en los hombros del italiano. Ambos mirándose a los ojos, hipnotizados por ellos. Era realmente atrayente.
- Piccolo, Francesco te ha dicho ya lo hermoso te ves está noche?.- dijo el italiano con una sonrisa, sin dejar de mirar al Americano quien rió antes de contestar.
- muchas veces, incluso no parabas de decírmelo desde que salimos del hotel. Tu también te ves muy guapo, bueno, siempre los estás, pero ese Esmoquin te queda de maravilla.- dijo Lightning con un brillo y tono coqueto en su voz, cosa que provocó un tirón en la entrepierna del italiano, quien apretó la fina cintura de Lightning haciendole jadear bajito. Lightning apartó la mirada apenado, Francesco sonrió por la Ternura de su Piccolo, atrayendo su rostro haciendo que lo mirara de nuevo, notó que las mejillas de Lightning estaban un poco rojas. Ese fue el detonante para tomar los labios de su Piccolo en un beso apasionado, que no duró mucho por la falta de aire.
- Piccolo, me tienes confianza?.- esa pregunta tensó a Lightning pero no lo hizo notar.
- Si Amor, claro que te tengo confianza, por qué?.- preguntó Lightning extrañado.
- No, era solo una pregunta. Lightning yo Te amo, Te amo como nunca en la vida he amado, siento que nunca amaré a alguien más que no seas tú. Por eso espero que me tengas confianza, así como yo la tengo en tí.- El italiano rozó la mejilla de Lightning con sus grandes manos antes de darle otro beso, uno más profundo, dónde mostraban todo el amor que se tenían, al separarse se sonrieron.
Ya era momento de irse, la velada estuvo maravillosa y muy romántica. Tuvieron precaución de no ser vistos al entrar al hotel, igualmente al ir a su habitación.
Lightning llegó al baño para cambiarse la ropa, mientras pesaba en la Pregunta del italiano.
- Ya basta Lightning, no pienses en eso. No estas solo en este caso, y... Francesco te ama, y tú lo amas a él, es lo único que importa de verdad.- Se reprendió Lightning quitándose la ropa, dejando solo su ropa interior y poniendose una remera que le quedaba bastante grande, no hacía falta aclarar de quién era. Salió del baño y entró a la sala encontrando al italiano hablando por teléfono, la conversación era en español así que podía entender que decía.
- Muchas gracias Olga, eres la mejor, si... Te lo compensaré. Te llamo después, muchos saludos.- el italiano colgó girándose, apropocito no Tenía camisa, solo un pantalón de dormír, holgado y de color Beige, a Lightning se le hizo agua la boca al ver el torso amplio y marcado, pero mantuvo sus observaciones fuera de sus pensamientos acerca de lo que oyó del italiano.
- Estás bien, Amore?. Estás rojo.- El italiano se acercó al americano un poco preocupado, tomando la cara del Americano.
- Oh no no, estoy bien Fran. Solo....quien era?, Hay algún problema?.- preguntó Lightning tratando de esconder su vergüenza cambiando de tema rápidamente.
- Si Amore, no te preocupes, estaba hablando con Olga, mi asistente, ella organiza mis vuelos y los de mi hermano, me hizo el grande favor de cubrirme en nuestra próxima cita....- Francesco miró para abajo notando la Remera suelta, que le quedaba muy bien.- Se te ve muy bien esa camisa.
Lightning sonrió mirando a Francesco. Inconscientemente llevó su mano al torso del castaño, bajando con el dedo índice casi sin tocar realmente la piel. Este moviendo estremeció a Francesco, quien se motivó a hacer lo mismo, solo que con un toque completo. Masajeó suavemente las caderas de Lightning por encima de la remera. Lightning suspiró de gusto, para animarse a iniciar un beso un tanto fogoso, que fue subiendo de intensidad, gracias a la ocasión.
Cada toque de Francesco estremecía al americano, de una manera muy placentera. Lightning sentía un temor que nunca había sentido con tanta intensidad previamente. Esa era entregarse en cuerpo. Una pureza que jamás va a recuperar.
Desde pequeño, una de las enseñanzas que su madre le había dejado, es que su cuerpo era algo hermoso, y decidir a quién le dabas esa parte tan importante de ti, era algo de suma importancia. Algo que no se le daba a cualquier persona, alguien que haya probado amarte. Francesco dejó su orgullo y hasta un poco de su interés por ganar siempre, por aceptar que amaba a Lightning, querer una relación de verdad, cosa que no era el estilo de Francesco, quien al fin pudo aceptar que enamorarse no era tan malo como creyó, porque fue lastimado.
Francesco sabía que el calor iba a aumentar si o si. No tenía problemas, deseaba a su Piccolo, y no de una manera solo sexual, o vacía como pasaba con sus amantes de una sola noche. Deseaba a su Piccolo para toda la vida.
- Amore... Quiero que sepas que no quiero obligarte a nada. Se que es un poco temprano. Yo de verdad te deseo, pero no quiero que te sientas incómodo.- habló Francesco tomando las manos de Lightning, quien le sonrió dulcemente.
- No me siento presionado... Me siento seguro, Darling. Se que cuidarás bien de mí.
Francesco sintió un aleteo en su estómago, le estaba entregando más que su confianza, no rompería esa promesa.
Con delicadeza, Francesco volvió a unir sus labios a los de Lightning, devorandolos suavemente, con ternura, pero con pasión, con los ojos cerrados, sin monotonía, sin prisa, con sentimiento, tal como Francesco siempre anheló. Tomó a Lightning de los glúteos haciendole jadear en el proceso, mientras que sus pasos lo conducían a la cama, dónde depositó suavemente a Lightning, como si fuera una rosa que perdería sus pétalos suaves ante cualquier movimiento.
- Estas seguro Amore?.- volvió a preguntar el italiano. Lightning volvió a pasar sus manos por el cuello hasta bajarlas al abdomen de su novio.
- Más que seguro, Hazme el amor.
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.Andén que era broma, en el próximo capítulo te tendrán sus detalles Coshinos 😏😏😏.
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En inglés e Italiano(Lightnesco)
FanfictionLightning McQueen, uno de los mejores corredores de la historia, no solo porque fue entrenado por el mismísimo Hudson Hornet, sino también porque sabe cómo hacer morder el polvo a sus contrincantes. Pero este simpático Rubio americano de 22 años y o...