Lightning escuchó bien?.
Sally había vuelto, apareciendo cómo una conchesumadre después de lo que pasó, al igual que los padres de Lightning, quienes en ese momento la observaban en el salón del café de Flo.
- S-Señores McQueen.... Yo de verdad...
- Sally, nosotros no somos quien para juzgarte, si tú causa fue buena, lo entendemos. Pero no es con nosotros con quién deberías disculparte.- habló de inmediato Richard. Mate estaba al lado de la pareja arrullando a su hija, mientras intentaba no fulminar a Sally con la mirada. Finn estaba al lado de Mate, igual de incómodo que Audrey, quien detectó la tensión en el ambiente, empezando a gimotear.
- Ya mi vida, no llores.- Mate arrulló a la bebé nuevamente, pero vió que Audrey no tenía intenciones de calmarse.- Finn, Amor, puedes sacar a Audrey a dar una vuelta?.-
Finn asintió Agradeciendo que su esposo haya notado su incomodidad. Rápidamente tomó a su hija, quien se aferró a su padre, pero no muy de acuerdo con separarse de su madre.
- Vamos princesa, iremos a ver a la abuela.- Dijo Finn sacando a Audrey para llevarla con su madre, Sarah, quien también había Sido invitada a la conmemoración de Doc, y también porque quería ver y pasar tiempo con su nieta.
Lightning estaba afuera del café, y siendo honesto consigo mismo, estaba un poco bastante nervioso. Su hijo sintió su preocupación, compartiendola y demostrandola con una patadita a su vientre, la cual no fue tan fuerte.
- quieres que entre contigo Amore?.
- S-Si, la verdad esque si te necesito conmigo Fran.
- Siempre me tendrás para ti, amore.- Francesco besó la cabecita de Lightning, antes de tomar su mano para darle apoyo, y ambos entraron a la cafetería.
Flo servía más café en el taza de Ramón, quien miraba preocupado la puerta, igual que Flo. No sabían cómo podía reaccionar Lightning, pero no debía alterarse, no le convenía.
La campanita que avisaba cuando un cliente entraba sonó, dando paso a Lightning, quien tenía una cara seria, al lado entró Francesco, en quien si se notaba la incomodidad.
Sally tragó saliva, bajando su mirada al vientre abultado de Lightning, una sonrisa pequeña y triste se acomodó en sus labios.
Lightning se sentó firme pero con cuidado de su vientre. Miró fijamente a Sally, quien miró el piso con vergüenza.
- Muy bien... Sabes los problemas que ocasionaste esa vez. Pero no voy a sacar conclusiones tan rápido, y tampoco me daré el lujo de partirte la cara ahora. Habla.- por mucho que Lightning intentó no ser tan duro con sus palabras, no lo logró.
- Lo siento.... Mucho ...- comenzó Sally.- Yo... No sé por dónde empezar...- una sonrisa melancolía surgió en los labios de la peliazul.
- Quizá por el principio. Se que conocías a Charles y Tex... Ellos... Ahora están muertos, pero de verdad quiero saber cómo sabías de Rebeca.
- Rebeca esta muerta, verdad?.- preguntó Sally con dolor en el alma. Lightning relajó su expresión, tal vez queriendo comprender a Sally. El rubio Asintió, y la peliazul sollozó con fuerza.
- cómo la conoces?- preguntó está vez Mate, quien se había quedado exento del panorama por el momento.
- Rebeca era mi esposa...- dijo la peliazul, tratando de mantener la sonrisa triste.- Bueno, nos casamos por conveniencia, aún así, si llegué a amarla, y ella a mi... Pero, su deseo de venganza y su alma rota no le permitieron que yo que curara su corazón herido. No me dejó ayudarla. Solo pude ver cómo se destruía día tras día. Se quedaba hasta tarde en su garaje planeando como acabar con los que arruinaron su vida. Aún así, vivimos momentos bueno y felices, de verdad la amé.
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En inglés e Italiano(Lightnesco)
FanfictionLightning McQueen, uno de los mejores corredores de la historia, no solo porque fue entrenado por el mismísimo Hudson Hornet, sino también porque sabe cómo hacer morder el polvo a sus contrincantes. Pero este simpático Rubio americano de 22 años y o...