Capítulo 13: Hospital.

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Matthew

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Matthew.

Horas antes.

La reunión había terminado y el maldito dolor de cabeza no quería desaparecer. Evelyn se había ido a la oficina de mi padre y yo me fui a la mía.

No me apetecía hablar con ella.

Caminé a mi oficina y entré cerrando la puerta de un portazo. Mala idea, esto resonó en mi cabeza.

Mierda.

Necesito una pastilla.

Me senté en mi silla y me incliné hacia atrás. Con mis dedos masajee mi cien.

La discusión con Evelyn no me sentó nada bien. Ya había discutido con mi madre, no necesito a más mujeres discutiendo en mi vida. Abren nuevamente la puerta, gruñó. No quería hablar con nadie. Pero era Giovanni así que no me quedaba de otra.

Traía un vaso de agua y una tableta de pastillas. Me las entregó sin decir nada, las acepté sin más. Eché dos a mi boca y las pasé con un trago de agua.

—Ahora que se ha tomado las pastillas, debo informarle de algo. —Hablo Giovanni y solo moví mi mano en señal de que hablará.

—El banco llamó. Dijo que había bloqueado la tarjeta que le entregó a la señorita Isabel. Dijeron que la había sobregirado. —anunció.

Demonios, un problema más.

—Diles que no la desbloqueen. Debo hablar con ella.

—Sí señor. —Se quedó mirándome.

—¿Algo más? —pregunte.

—Quería decirle algo, pero espero que me deje decírselo.

—Dilo.

—Debes dejar de ser un idiota con Evelyn, ella no es responsable de los problemas que tengas con Laura. —Habló cambiando completamente su voz, se dio la vuelta abandonando la oficina.

Me estaba hablando como mi amigo, no como mi secretario.

Y sé que a veces respondo de mala manera, pero no es todo mi culpa, a veces ella también me saca de quicio. En especial ahora que ella tiene a Mark de protegido. No puedo creer que esté de alguna manera con Mark, sé que él tiene sentimientos por ella y eso me molesta.

Es mi esposa después de todo.

(💍)

Las puertas del ascensor se abrieron y dejaron ver el Penthouse. Evelyn aún no había vuelto, así que tengo tiempo para hablar con Isabel.

Fui a mi habitación y dejé mis cosas sobre mi cama. Saqué mi traje junto a la corbata, desabotoné los botones de las mangas de mi camisa.

La puerta se abrió, miré sobre mi hombro. Isabel se lanzó sobre mi colgándose de mi cuello.

Esposa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora