Capítulo 19: Perfecta creación.

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Evelyn

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Evelyn.

Su rostro se congeló, sus ojos se clavaron en mí con furia, pero no quería perder más tiempo con ella. Di media vuelta para irme, dejarla era la mejor opción, siempre era la mejor opción, mi cuerpo se detuvo en seco al sentir como sostenía mi brazo con fuerza.

—Tú no irás a ningún lado.

—Suéltame. —Demande.

—No. Voy a arreglarte, serás la esposa perfecta otra vez. Serás la mujer perfecta. —Su agarré me estaba lastimando. — Volverás a ser mi perfecta creación.

—Suéltame, me estás lastimando. —forcejeo mirándola a los ojos, ella estaba enloqueciendo.

No tenía intención de quitar su mano sobre mí.

—Tus padres nunca lograrían hacerte perfecta como yo lo hice.

Seguí forcejeando. Mi muñeca ardía y dolía.

—Suéltala. —Ordenó una voz profunda detrás de mí.

Tía Charlotte me soltó. Retraje mi brazo a mi cuerpo, mire mi muñeca, estaba muy roja, podría ponerse un poco morada más adelante.

—¿Estás bien? —Volvió a preguntar aquella voz, me giré y lo vi.

Matthew.

—Si... Estoy bien. —respondí.

—Matthew... ¿Cómo estás querido? —preguntó cambiando completamente.

—Estoy bien gracias. Y si no le importa me llevaré a mi esposa. —Habla y me lleva a su habitación. No pude decir que no. Cerró la puerta, lo miré y él mantuvo su mirada en mi muñeca.

—¿Duele mucho?

—Estoy bien. Ya estoy acostumbrada, usaré mangas largas, base y corrector hasta que desaparezca. —Dije manteniéndome cerca de la puerta.

—Deberías poner un poco de hielo al menos—preguntó sentándose en la cama.

—Lo haré, y gracias por sacarme de ahí.

—Sobre eso... Yo...

—Tomaré unas vacaciones. —Avise Interrumpiéndolo, no quería escuchar sus palabras, no por ahora.

—¿Cuántos días?

—Una semana. Tengo pensado en ir a la mansión de mis padres ya que la finca está en venta.

Tía Charlotte la había puesto en venta. Hace unos días me había llegado el anuncio. intenta deshacerse de todo lo que alguna vez mis padres tuvieron.

—Está bien. Eh, ya puedes irte.

—Bien.

A veces era incómodo hablar con Matthew, si es que no estábamos peleando. Creo que ya me había acostumbrado a eso, y ya es un poco extraño hablar con él tranquilamente.

—Por cierto... Te ves bien con el cabello corto...

—Gracias. —abrí la puerta y abandoné la habitación.

No creí que en algún punto nuestras conversaciones se volvieran incómodas.

Miré hacia todos lados, Charlotte ya no estaba. Debía ir a la empresa por lo que era mejor que me apresurara. Debía saber más sobre la persona que ha estado robando a la empresa.

(💍)

Mark.

Deje los documentos que Evelyn, había pedido en su escritorio. A veces me volvía su asistente, más que su guardaespalda. Iba a retirarme de la oficina, pero algo me llamó la atención en el escritorio por lo que me acerco y me colocó a un lado de la silla. Miró las fotografías que allí se encontraban. Aunque ya había entrado miles de veces a esta oficina nunca me había detenido a ver las fotografías con atención.

Tomó una fotografía enmarcada, era Evelyn con sus padres cuando ella era niña. Se veía tan tierna y alegré, su cabello era más largo y llevaba un vestido floreado blanco, ya que Matthew y Evelyn compartían oficina había una variedad de fotos. Dejo la fotografía en el mismo lugar para tomar otra, estaba Evelyn y Matthew cuando eran adolescentes, es fácil poder saberlo, no han cambiado mucho que digamos. Dejo la fotografía y centré mi mirada en la foto de su boda. Su gran vestido blanco, su sonrisa era lo que más resaltaba en ella. Era claro que Evelyn se casó enamorada de Matthew, era joven y estaba enamorada, una mezcla hermosa y peligrosa.

Dejo la foto en su lugar, pronto Evelyn volverá, caminé a la puerta de la oficina y di un último vistazo al escritorio antes de abandonar la oficina e ir a la sala de descanso.

(💍)

Evelyn.

Abandoné la oficina de Maximilian luego de ver algunos documentos con él. Camino por los pasillos de la empresa con mi mirada en alto, con dirección a la oficina. Paso por el frente de unas oficinas. Al escuchar la voz de Isabel me detengo en seco, la puerta estaba entreabierta. Me quedé quieta escuchando. No parecía tener el mismo tono de voz delicado y dulce.

Sabía qué está mal escuchar las conversaciones ajenas, pero si se trata de esa mujer, no me importa que esté mal. Es extraña y es evidente que no me agrada para nada, es mejor para mi saber qué es lo que trama.

—Ya lo sé, puede estar segura de que no la defraudaré —Respondió.

Evidentemente estaba hablando con alguien. Una mujer, a la cual le demostraba un curioso respeto.

—Sé lo que tengo que hacer. Evelyn no es un obstáculo, está interesada en otras cosas como la empresa, su tía y ahora de su guardaespaldas.

Así que hablando de mi vida.

—Creí que sería un obstáculo. Pero en realidad esa mujer no está ni un pelo de interesada en Matthew. No sé cómo pudo casarse con esa mujer corazón de hielo.

¿Corazón de hielo? ¿Yo?

—Pronto quedaré embarazada y cumpliré el deseo de Matthew. —Afirmó. — Se lo puedo asegurar, yo no seré inútil como ella.

¿Quién demonios estaba detrás de esa llamada?

—Así que puede depositar el dinero en la cuenta de siempre.

¿Dinero? Claro que habría dinero de por medio, es por eso que ella apareció de la nada y solo se me ocurren dos personas capaces de esto.

Me moví dando un paso atrás, pero la puerta entreabierta se movió y rechino, llamando la atención de Isabel poniéndola en alerta.

—La llamaré luego. —colgó la llamada y miró hacia la puerta — Sal de tu escondite.

Carajo. 

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