Capítulo 20: Mala idea.

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Me largue de ese lugar lo más rápido posible sin que ella pudiera notarlo

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Me largue de ese lugar lo más rápido posible sin que ella pudiera notarlo. No podía dejar que ella supiera que yo estaba escuchando. Pero sus palabras aún se mantenían en mi mente. ¿Con quién hablaba? ¿Qué es lo que trama?

Mark notó que estaba distraída pero no dijo nada. Me llevó a casa y me dejó en la sala hundida en mis pensamientos. Levante unos centímetros la manga de la camisa. Mi muñeca seguía roja, pronto se pondría de una tonalidad morada. Debería ir a buscar alguna pomada para que no luzca tan mal. La ocultó nuevamente, Mark andaba por todas partes de la casa y no quería que la viera, o se preocuparía de más y posiblemente haría un show por esto. A veces era muy dramático cuando me lastimaba.

(💍)

Mark.

Espere y espere hasta que Giovanni finalmente llegó. Se sentó frente a mí dejando un sobre en la mesa de centro. Eran las doce de la noche, Evelyn estaba dormida, había tomado pastillas para dormir por lo que no despertara en un rato, necesitaba dormir.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó, sin expresión alguna en su rostro.

—Si, estoy seguro. —aseguré.

—Es la primera vez que te veo ocultarle algo a Evelyn.

—Ella no necesita saberlo por ahora. Así que esto se queda entre los dos —tome el sobre y saque su contenido. — Se lo diré cuando sea el momento.

La hoja de vida de Isabel.

Nunca me dio confianza. Menos, después de escuchar algunas cosas. Leí el informe y no me sorprendí, era algo que podría esperar de una mujer así.

Fue acusada por estafa en el año 2017. Pero no fue a la cárcel, su abogado le quitó los cargos rápidamente.

Tuvo varios trabajos de medio tiempo, pero en ninguno duró mucho. En los cuales se le acusó de robo de pertenencias personales.

Seguí leyendo y mis ojos se detuvieron en un lugar en específico. Su último trabajo y actual trabajo. Podía esperar muchas cosas de esa mujer, pero no me esperaba que trabajará en un bar y que el último trabajo fuera en otro bar.

—Esto...

—No es lo único. Sigue leyendo.

Seguí leyendo. Antes de ser contratada por Matthew ella era una dama de compañía en estos lugares, la cual daba pequeños espectáculos, privados y al público.

No creí que ella me sorprendería así. Supongo que podía esperar más cosas así en el futuro, si venían de su parte. Pasé a la segunda página, y leí. Era el estado de su cuenta bancaria, cada mes recibía una cierta cantidad de dinero. El pago inicial fue una semana antes de que ella llegara a la casa de Matthew.

—Aún me falta por investigar, pero eso fue lo que encontré.

—Quiero que sigas investigando. Esta mujer realmente trama algo, no llegó a la casa de Matthew por qué sí, y con este historial, no lo creo.

—Lo haré.

—Y ni una palabra a Evelyn.

Asintió.

—Lo sé.

(💍)

Evelyn.

Hundí mi rostro en la almohada. No quería levantarme, mi cuerpo aún se sentía dormido por las pastillas, pero debía ir a juntarme con Matthew. Di vueltas en la cama, hasta que logré sentarme en la cama con todo el cabello revuelto. Ahora que mi cabello es corto suele desordenarse más. Rasque mi nuca.

Mark se había ido a no sé dónde. Matthew se había ido a la empresa y es probable que Isabel lo siguiera, tenía la casa sola y podía tomarme mi tiempo. Necesitaría energías para hablar con Matthew. Pronto sería el cumpleaños de Maximilian y como siempre se haría una gran fiesta.

Nuestros trajes combinarán como todos los años, por lo que deberíamos elegir el color de este año. Me levanté de la cama con pocas ganas, me dirijo al baño para poder darme una ducha y poder desayunar.

(💍)

Mire las fotografías de los trajes y vestidos que podríamos usar. Tenía tres opciones esta vez, morado, rojo y verde esmeralda. Examine cada vestido, ninguno me gustaba lo suficiente como para elegirlo.

Matthew solo estaba en su escritorio viendo algunos documentos. Con lo del robo a la empresa estaba más atento a los documentos que se entregaban. Lo que sucedió era grave, debía estar más alerta igual que yo, a pesar de que jamás me han considerado una parte de esta empresa.

Aún no sabía dónde estaba Mark y eso me preocupaba. Ni un mensaje, ni una llamada, no suele ignorar mis mensajes, ni desaparecer de la nada. Matthew regresó a casa a buscarme, y me trajo a la empresa.

—¿Alguno que te gusté? —preguntó mostrando cierto interés.

—Son bonitos todos... Pero no me convencen al cien por ciento. Ya sabes, debemos brillar ese día, pero no estoy segura de cuál sería el indicado que convenza a tu madre.

—A mí me gusta el rojo.

—Siempre usamos el rojo.

—¿Tradición?

—No lo creo. Pero tengo una pregunta para ti.

—Dime.

—¿Piensas llevar a Isabel a la fiesta? —preguntó y guardó silencio.

Su silencio me dio la respuesta que no quería escuchar. Realmente llevaría a esa mujer a la fiesta de cumpleaños de su padre. Suspiré relajando los hombros. No pienso decir nada, no quiero discutir en este momento. Mi silencio debía bastar como una respuesta suficiente a mi molestia.

—Ella ha estado muy sola estos días... Pensé en que sería buena idea... —Trato de dar una explicación.

Pero era una mala, pésima idea.

—No me des una explicación. No la necesito.

No la necesitaba, después de todo yo había preguntado con la tonta esperanza de una respuesta diferente.

Mi teléfono vibró en la mesa frente a mí, la pantalla se encendió dejando ver un mensaje. Tomé mi teléfono y presioné el mensaje para responder.

Mark: Lamento haberme ido tan temprano y haber desaparecido.

Yo: Me tenías preocupada, esto me lo tienes que pagar.

Mark: Ven a mi casa y prometo que te tendré lista la cena. Y haremos un maratón de películas, las que tú quieras.

Yo: Acepto.

Sonreí.

Matthew lo notó, abrió su boca para decir algo, pero se lo guardó. El recordaba claramente lo que había dicho sobre que tendría un amante, aunque Mark no lo era, o tal vez sí, ni yo lo sabía, era tan confuso todavía, mis sentimientos eran un hecho, pero ¿que debía hacer? Dejé el teléfono en su lugar, mis ojos miraron mi muñeca, con el medicamento el color rojizo se había calmado, pronto ya no se notaría.

Recargue mi espalda en el respaldo del sofá, miré el techo y cerré mis ojos. Solo debía aguantar esto hasta que Isabel quede embarazada. Pero ahora sé que si eso sucede ya no será como antes, no seré la esposa que Matthew siempre tuvo. Y mis sentimientos por Mark podrían afectar también.

No sé qué demonios debo hacer ahora.

Creo que realmente necesito un descanso.

Podía sentir la mirada de Matthew en mí. Pero dejó de mirarme cuando la puerta de la oficina se abrió, pude escuchar los tacones resonar contra el suelo.

Abrí mis ojos y la vi, parada sobre el umbral de la puerta con una presencia intimidante.

Laura Kingston.

—Qué bueno que los encuentro juntos. —pronunció.

Esposa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora