Capítulo 22: Corazón Parte 2.

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Sus manos cálidas recorrieron mis piernas con anhelo por debajo de la manta

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Sus manos cálidas recorrieron mis piernas con anhelo por debajo de la manta. Su boca no dejaba de moverse contra la mía, sentía como me dejaba sin aire, era sofocante pero me encantaba. cuando finalmente me soltó y busco aire para sus pulmones al igual que yo sus ojos no dejaron de mirarme. Su pecho subía y bajaba, su boca jadeaba.

Quería más. Al igual que yo.

—Mark, yo...— cubrió mi boca con sus dedos.

—¿Quieres ir a la habitación? — asentí perdiendo el aire que había recuperado.

Mi ritmo cardiaco subía al igual que la temperatura de mi cuerpo. El deseo comenzaba a quemarme. En un ágil y rápido movimiento Mark me tomó en brazos sujetando mis piernas y cabeza, la manta que me cubría cayó al suelo. Dio pasos firmes hacia la habitación. Me sujeté de su cuello con mis brazos para no caer, pero sabía que no me dejaría caer.

Entró a la habitación. Me dejó sobre la cama para darse la vuelta y cerrar la puerta. Las cortinas abiertas dejaban entrar la luz artificial de la calle, iluminando la oscura habitación. Dio pasos hacia mi haciendo que mi cuerpo se estremeciera por cada uno de ellos, esta noche era un hombre diferente.

Quedó frente a mí. Sus ojos cafés brillaron en la oscuridad, sus manos se deslizaron hacia los botones de su camina, sacando uno a uno hasta llegar al último, la sacó de sus hombros y brazos dejándola caer en algún lugar de la habitación. Dejando una vista abierta a su trabajado cuerpo, mis ojos examinaron cada pliegue, hasta llegar a su cadera, en su lado izquierdo tenía una llamativa marca de nacimiento, era una especie de mancha que parecía una mariposa, tal como recordaba cuando la vi por primera vez. Por instinto quise tocarla. Acerqué mi mano, pero a escasos centímetros me detuve. Alce mi mirada y él me estaba mirando.

—Tócame. —respondió demandante.

Coloque mis dedos sobre su piel. Su cuerpo se estremeció al instante, ¿mis manos están heladas? su mirada se mantenía en lo que haría, expectante a lo haría dejo que colocara ambas manos sobre su piel, con mi dedo índice contornee su marca. No podía ocultar mi fascinación por ella.

De la nada sus manos tomaron mis muñecas haciendo que mi cuerpo se sobresaltara y me hiciera mirarlo. Subió sus rodillas a la cama empujándome hacia atrás, quedando pegada a la cama, coloco mis muñecas sobre mi cabeza dejando su cuerpo sobre mí.

—Yo...

Como pude, incliné mi cuerpo hacia adelante quedando pocos centímetros de su boca. Podía sentir su respiración agitada igual que los latidos de su corazón. Quito el agarre a mis muñecas, pero no las moví, las deje en su lugar, sus manos fueron a mis piernas, su boca devoró mi cuello bajando por este hacia mi pecho que subía y bajaba lleno de excitación, mi cuerpo disfrutaba cada momento y una vez más nos convertimos en dos cuerpos desnudos en una cama que se sumergían en el mundo del placer.

Dos cuerpos que se convertían en uno.

(💍)

La agradable sensación de su cuerpo y el mío juntos era una de las mejores cosas en mi vida. No quería soltarla, aunque sabía que algún día debería hacerlo.

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