Capítulo 17: Reflejo.

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Evelyn

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Evelyn.

Camino junto a Maximilian a paso lento, mis manos se aferran a las flores que llevó. Cada año es igual, el dolor sigue ahí consumiendo mi corazón, solo que el tiempo lo hace menos doloroso. Nos detenemos frente a su lápida. Su lápida estaba reluciente ya que días antes Maximilian las mandó a limpiar.

El brazo de Maximilian me rodeó con suavidad buscando consolarme, mientras que mis ojos no dejaban de mirar lo que decía frente a mí.

En memoria de Aurora Edevane y Richard Ackerman.

Enero, 2003.

Queridos en vida por sus amigos y familia.

Q.D.E.P

Han pasado 18 años desde que ellos se fueron, pero los sigo extrañando cada día.

Los extrañaba, cada momento de mi vida.

Tal vez si ellos estuvieran vivos nada de esto estaría sucediendo. Tal vez estaría junto a ellos celebrando mi cumpleaños número veinticinco, con un pastel hecho por mi madre. Tal vez junto Mark, o tal vez no.

Una lágrima sin llanto cayó por mi mejilla, la cual seque rápidamente. Ya había llorado bastante esta semana y no podía seguir llorando. Dejé las flores sobre la tierra, me despedí de mis padres y me di media vuelta para irme. Nunca he podido estar mucho tiempo aquí, tal vez cuando lo hago ya no sienta todo este dolor.

Caminé a la salida, pero allí estaba ella.

Caminando firme con esa vibra oscura e intimidante llevando un ramo de crisantemos blancos. Seguí mi camino y me detuve justo a su lado, no la mire.

—Venir aquí, no te quitará esa culpa de encima. —Dije y seguí caminando.

El sentimiento de culpa. Tía Charlotte siempre lo ha tenido en sus ojos, junto a un enorme desprecio.

Mark me esperaba en la salida. No le gustaban los cementerios, así que prefería darme mi momento con Maximilian mientras él se quedaba afuera.

Nos dirigimos al auto. Debía ir a la empresa y como siempre escucharía todas las lamentaciones que tendrían hacia mí de compadecimiento. He escuchado esto por años, no puedo esperar el día en que se acabé. Aunque mi mente también se centraba en el hecho de que vería a Matthew, hace varias horas que no lo veo.

Aunque sea algo tonto algo dentro de mi aún se preocupa por Matthew. Aun sabiendo que no sacaría nada con hacerlo, de igual manera lo seguía haciendo. Porque en el fondo seguía siendo mi esposo, seguía siendo la persona que en algún momento llegué a sentir algo por él. Pero mi corazón cambió, mis sentimientos ahora son por Mark.

Esta vez espero que todo sea diferente.

Esta vez espero romper la puerta de la jaula en que vivo, y no solo hacer una ventana.

(💍)

Cómo supuse cuando llegué a la empresa, entré a la oficina y allí estaba él. Estaba molesto, pero no lo quería demostrar. Me senté en el sofá junto a varios documentos en la larga mesa. Después de todo aún había trabajo que hacer.

Pasamos las últimas horas viendo papeles de la empresa sin decir mucho. El cumpleaños de Maximilian ya se acercaba también por lo tanto debía comprar un regalo para él.

Examine los documentos con máxima dedicación. Podía sentir los ojos de Matthew mirándome de vez en cuando, abrí los ojos completamente cuando noté un error en los documentos.

Los dígitos estaban mal, y no podía ser. Los números registraban que las ventas sólo habían subido un tres por ciento siendo que en realidad había sido un cuatro por ciento.

Alguien ha estado robando a la empresa.

Miré a Matthew, aclaré mi garganta para hablar.

—Matthew.

—No quiero hablar Evelyn, no estoy de humor. —Soltó molesto, sin siquiera mirarme.

—Bueno supongo que no te interesa que estén robando a la empresa.

—¿Qué? —mis palabras captaron su atención con terror.

—Estaba revisando las finanzas y han estado robando al menos un uno por ciento. —Aún qué sonará poco, eran bastantes millones.

—¿Cómo te diste cuenta? —preguntó levantándose de su asiento en su escritorio para acercarse a mí.

—Comparé el documento que fue entregado en la reunión y el documento que le pedí a Giovanni. Y se nota claramente la diferencia. —Explique.

Se sentó a mi lado y miró los documentos. Casi le dio un soponcio al ver lo mismo que yo. Llamó rápidamente a Giovanni para arreglar esto y despedir al que estaba haciendo esto.

Extrañamente me agradeció por haberme dado cuenta. Fue extraño de su parte contando el cómo estaba, pero creo que esta empresa le importa mucho más que una simple molestia.

Luego de todo eso, suspiró y yo simplemente lo miré. Pocas veces lo vi de esa manera, parecía cansado. Bueno a veces se sobre exige demasiado, ya que algún día no muy lejano heredará esta empresa y debía saber cómo manejarla a la perfección.

(💍)

Al regresar al penthouse me di una ducha para después ponerme mi pijama. Volví al baño para poder secar y cepillar mi cabello. Cuando termine de secarlo, cepille mi cabello, con mi mirada fija en el espejo del lavamanos. Las palabras de tía Charlotte volvían a mi cabeza, el recuerdo de ella cepillando mi cabello cuando era pequeña era inevitable.

«Jamás debes cortarlo, es hermoso» decía.

«Mi hermosa y perfecta creación» decía.

«Haré de ti lo mejor de este mundo, serás mi hija perfecta» decía.

«Mi pequeña muñequita» decía.

«Tus padres murieron» dijo sin sentimiento alguno.

Ya la había enfrentado. Me sentí liberada en ese momento, las cadenas que me ataban se habían roto.

¿Entonces por qué me siento así nuevamente? ¿Por qué las cadenas volvieron?

Terminé de cepillar mi cabello, no podía dejar de mirar mi reflejo porque esa no era yo. Cada vez que me miraba no era yo.

No era perfecta.

No era yo. No era la verdadera. Nada de lo que veía era lo que quería.

Una presión en mi pecho crecía, mis ojos se llenaron de lágrimas e instantáneamente cayeron en descontrol por mis mejillas mojándolas.

«No puedes cortarlo, no puedes cortarlo, no puedes»

No puedo...

No puedo...

La presión en mi pecho aumentaba, no me dejaba respirar, el sentimiento desgarrador invadía mi cuerpo, me sentía miserable. No quería esto, quería a mis padres, quería una vida normal, no esto.

En un arrebato de sentimientos, mi razonamiento se nublo. Busqué con desesperación en los cajones una tijera, sabía que había una. Y allí estaba, en el último cajón.

La tomé y la miré unos segundos. Quería acabar con esto. No quería que ella siguiera en mí, no quería que ella siguiera controlando mi vida.

No soy perfecta, jamás lo seré. Porque soy humana y los humanos se rompen de vez en cuando.

Tomé un mechón de cabello y acerqué la tijera a mi cabello. Ya no había vuelta atrás, no daría un paso atrás nunca más.

Nunca más bajaré la cabeza ante ella.

Esposa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora