Empezó a caminar por la clase teniendo en mente encontrar algo que las ayudara a salir. Llegó a otra de las mesas y repitió el proceso de meter la mano en la cajonera. No había nada.
Ya un poco desesperada, fue al escritorio del profesor y tiró del cajón, que se abrió. Metió la mano y solo sintió motas de polvo. Chasqueó la lengua y abrió el otro cajón. Sintió algo frío en su palma, y cuando sacó el objeto, sonrió con victoria.Una regla con forma de L.
Era lo suficientemente fina como para que entrara en el mini espacio entre la puerta y su marco, por lo que se acercó corriendo y se lo enseñó a Judy. Esta se apartó, y se miraron a los ojos con la sospecha de qué o quién podía ser el culpable de su situación. Metió la regla entre el marco y la puerta, empezando a agitarla con cuidado, atenta al sonido que hacía.
—¿Funciona?—asintió y continuó con su tarea hasta que la puerta cedió con el ruido de algo cayéndose del otro lado.
Sacó la regla y la dejó en el suelo a su lado, empujando la puerta cuidadosamente. Esta se abrió naturalmente, y Judy corrió emocionada al pasillo. Se levantó con una sonrisa y salió también, revisando los alrededores en busca del culpable de su encierro mañanero.
Encontró un panel de madera tirado en el piso, y el rostro burlón de Scarlett pasó por su cabeza. Suspiró con frustración y tomó el panel, dejándolo dentro de la habitación.
Algo en ella le decía que se equivocaba con su suposición, pero decidió no darle más vueltas al asunto.—¿Los demás aún duermen?—le preguntó a su compañera.
—No lo sé—se encogió de hombros.
Fueron al salón de reuniones, el 1-C. Allí estaban algunos de los chicos, unos dormitando y otros charlando entre ellos. Ingresó, saludando a todos alegremente para no levantar sospechas.
Esta aula no está tan lejos, entonces, ¿Cómo es que no nos escucharon?
Miró hacia afuera, y por la ventana se veían perfectamente las sombras de los zombis yendo de aquí para allá, solamente merodeando como almas en pena.—¿En qué estás pensando?—la aguda voz la sacó de sus pensamientos, y al girar se encontró con la tímida Hailey, que se dirigía lentamente hacia ella.
La muchacha vió entonces las sombras fuera, y pudo jurar que sufrió un terrible escalofrío. Entonces ella intentó bromear.
—Podrían ser los vecinos que paseaban por la calle.
—Sí. No sería raro que algunos de ellos fueran nuestros cercanos, o gente que conocíamos.
Era triste, joder. Pensar que los monstruos que ahora perseguían y comían gente habían sido humanos también, pero desafortunadamente estuvieron en el lugar equivocado a la hora equivocada. Ella también pudo haber acabado así si no se hubiera movido rápido, o hubiese entrado en pánico. Agradeció no haber tenido uno de sus viajes astrales ese día en el salón de clases. Solo pensar en lo que podía estar haciendo le entraban escalofríos. Por otro lado, si no lo veía por el lado sentimental, ser un zombi, o simplemente estar muerto, no era del todo malo, al menos no en esa situación.
Bueno, sino fuera porque ahora tenía a Judy.
Pero llegó a pensar más de una vez que la muerte no era tan mala. Al final, no le tememos a la muerte, sino a cómo vamos a morir. Algunos le temen a lo que puede haber después, “¿Cielo? ¿Infierno? ¿Limbo? ¿Nada?”. Además, no tenía a nadie que le llorara o a la que lastimara con su eterna partida. No sabía dónde estaban sus padres, ni su mascota, ni sus amigos, o siquiera si estaban vivos. Pero viéndolo desde su punto de vista, morir no estaba tan mal. No quiere decir que le haga ilusión morir a manos de un zombi, pero míralo de esta manera: morir significa dejar de sentir dolor, dejar de pensar en cómo te verán los demás, las expectativas que todos tienen de ti se van a la basura, no debe pensar en si tienes o no tienes hambre... No hay sociedad de mierda, ni problemas económicos, ¡No hay nada!
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Compañeros Peligrosos || Tú Y Todos.
FanfictionEl mundo se ha convertido en un sangriento caos tras el brote de un virus que hace a las personas zombis. Al parecer, la ficción se ha vuelto realidad. Todo lo que antes había en abundancia y era normal, ahora escasea, teniendo que sobrevivir con lo...