Ambos se ponen pálidos ante su pregunta, y solo eso es suficiente para confirmar su teoría.
Eugene se pone de espaldas a ella y se agacha un poco.—Sube, te explico en el camino—dijo él.
Tragó saliva y puso ambas manos en los hombros de Eugene, dejando la pierna inflamada en una de sus manos y ayudándose de la otra para subirse, pasándole las manos por el cuello. El calor de su cuerpo fue arrullador, y dejó su cabeza reposar en el hombro del chico.
Se sentía una carga para el chico, pero era eso o ir a la pata coja por la calle y retrasarlos aún más.Lawrence se adelanta para asomarse, y después le avisa al rubio que puede subir.
Una vez arriba, frente a sus ojos se presenta la típica escena después de una pelea, con cabezas de zombis regadas por el piso y sangre manchando el asfalto, pero esta vez vió otra cosa que le revolvió el estómago.El cuerpo inerte de Jay.
Este estaba bajo otros cuerpos podridos, estirando una mano para que lo ayudaran. De su cabeza aún escurría sangre, pues ya lo habían mordido y no había manera de salvarlo, así que alguno de los otros dos tuvo que acabar con él.
Tembló en la espalda de Eugene al imaginarse la escena, arrugando la sudadera ajena en su mano y apretando su agarre en el bate, ocultando su rostro en el cuello del menor, sintiéndose mal.
Se suponía que debías soportarme hasta que yo muriera, no tú.
—Que bueno que sea un callejón—habló Lawrence—. De otra forma habrían sido más de lo que podemos controlar.
Su voz no estaba muy manchada de pena que se diga, y lo imaginó perfectamente metiéndole un batazo en la cabeza a un suplicante Jay. Los sonidos que había escuchado habían sido ellos peleando contra esa horda, el grito había sido de Jay al ver a Lawrence levantar su arma para ir contra él.
Imaginó a Judy en una situación similar, y quiso ponerse a llorar.
Ya podía escuchar a Scarlett echándole la culpa.
Ya no podría preguntarle por qué la había empujado...
—Un minuto estás con ellos, y al siguiente se van—dijo Eugene, y sonó tan tranquilo que le dolió en el corazón.
Ella debía hacer lo mismo, no era momento para ablandarse. Desde un principio supo que las cosas serían así ahora, y no había nada que pudieran hacer al respecto. No tenía caso llorar, ni buscar, ni esperanzarse o esperar que una persona se quede hasta el final, porque muy probablemente, no lo harán.
Cuando giran en una esquina, a pocos metros de la escuela, recordó lo que dijo Harry en una ocasión, que todo podía cambiar en segundos. Llegaron a la escuela, y una vez Eugene subió los tres pisos con ella a cuestas y la dejó en una de las mesas del aula 1-C, los demás empezaron a entrar.
Dejó su pierna en alto, poniéndola en una mesa mientras la sentía palpitar y rato después, aliviarse un poquito.
Como pensó, Scarlett le echó la culpa de que habían perdido a un compañero más, y los demás la miraban insistentemente. Casi se pone a llorar al recordar el cuerpo sin vida del castaño, y esas miradas se convirtieron en dagas que la atravesaban por ser un monstruo. Esta vez, por primera vez desde que llegó ahí, no tenía la fuerza para defenderse, para hablar, para decir "no fui yo, ni siquiera estaba allí". No había sido su culpa, y lo sabía, pero igualmente sentía que no debía estar en ese lugar.
Todos se van tras las últimas palabras del líder. Mira por la ventana el atardecer, dedicándole otro minuto de silencio a Jay. Era un quejica, sí, y la odiaba, sí, y le caía mal, sí, pero eso no quitaba que había sido su compañero, que había vivido un tiempo con ella y que era otro humano, víctima de la situación.
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Compañeros Peligrosos || Tú Y Todos.
Fiksi PenggemarEl mundo se ha convertido en un sangriento caos tras el brote de un virus que hace a las personas zombis. Al parecer, la ficción se ha vuelto realidad. Todo lo que antes había en abundancia y era normal, ahora escasea, teniendo que sobrevivir con lo...