Episodio 21

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—¡Bestias! ¡Voy a deshacerme de todos ustedes!

Están acorralados, entre asesinar o ser asesinados. Los latidos ensordecedores, los pensamientos de qué hacer, sus emociones alborotadas... todo lo que había estado pasado se estaba juntando en una mezcla del terror que le atormenta. Venga, concéntrate...debe haber otra forma de salir... Jadea, viendo a aquel hombre acercarse cada vez más. Mira a todos lados; las paredes, los estantes, el suelo... ¡En el suelo!

Milagrosamente, hay un martillo, que con todo el susto y su bloqueo había pasado por alto.

Dioooos~, me has mirado a los oojoooss~, sonrieeendoooo~, has dicho mi nooombreeee~.

Dios existe.

Lo toma rápidamente en sus manos, y se lo enseña a Harry. Él lo toma, y martilla con todas sus fuerzas para abrir un agujero. El hombre al ver que estaban por escapar corre en su dirección, maldiciéndolos en voz alta y afirmando que los matará. Aprieta la mandíbula, furiosa, y reúne energías para ir contra él y entretenerlo para que su compañero acabe con su tarea.

El robusto desconocido tiraba golpes casi al azar, y ella esquivaba y bloqueaba con facilidad, esperando a que Harry la llamara para huir. No podía creer que de verdad tuviera que tener miedo y cuidado hasta con los malditos humanos. Siempre había desconfiado de ellos, siempre se había decepcionado de su propia especie; pero coño, aun mantenía la esperanza. Con esto, todo eso se había ido al caño.

Golpea la mano del agresor con moderada fuerza, y después su muslo. Él suelta un grito de dolor, y vuelve a maldecirla, llamándola bestia aún cuando era él el que estaba intentando matar a dos chicos de preparatoria que no le habían hecho nada, confundiéndolos cruelmente con zombis aún cuando le habían demostrado que no era así. Eran humanos, y peleaba como una humana que se defendía de quien intentaba hacerle daño injustificadamente.

Golpeó su tobillo, y Harry la llamó para escapar. Saltó por el pequeño agujero a la orden de su compañero, y una vez ambos fuera, el albino tomó su mano y corrieron. Se calmó al alejarse de la farmacia en la que estaba ese hombre. Miró a su protector, que estaba perfectamente a salvo, y se llenó de satisfacción al ser consiente de que había podido protegerlo también.

Llegaron al final de un callejón. Habían corrido sin verdadero rumbo, y se les había pasado que habían quedado con los otros dos. Maldijo en voz alta, y soltó la mano de Harry para buscar con la mirada el letrero azul.

—¡Aw!

Volteó enseguida a donde estaba el ojimorado, y lo encontró en el suelo, con una de sus manos en la cabeza, y justo detrás, levantando de nuevo el caño, estaba el desconocido, otra vez.

—Monstruos—murmura el tipo—. Arruinaron a mi familia...

Balanceó su arma. El corazón le latió fuertemente en el pecho, y la rabia se apodero de su ser, teniendo un dèjá vú de cuando los escombros casi caen sobre Harry. No podía soportar verlo en peligro, ni a él ni a ninguno de sus chicos. Sus ojos se cruzaron con los del albino, y en ellos se reflejaba el dolor que sentía. No escuchó a la razón, no escuchó la voz de Harry cuando se aproximó rápidamente y bloqueó el ataque brutal de su enemigo.

—¡Mi vida está arruinada por su culpa!—grita él, cegado por su odio y su propio dolor—. ¡Voy a matarlos a todos!

—¡Ya le hemos dicho que no somos zombis!—lo empujó con todas sus fuerzas, protegiendo a Harry—. ¡No permitiré que le haga daño!

Él gruñe y va hacia ella a atacarla. Lo esquiva, con los sentimientos a flor de piel. ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevía a tocar a uno de sus ángeles? Puede que fuera un humano, pero no estaba mal herirlo levemente, ¿verdad? Solo lo suficiente como para detenerlo, o entre en razón. Vuelve a esquivar, y golpea, esta vez con fuerza, las manos de su oponente. Él grita, y se alarma. Los zombis. ¿Y si lo dejo K.O? Sería suficiente, ¿no es así? Solo tendría que arrastrarlo a un lugar medianamente seguro. Con eso en mente, arremete contra su agresor, golpeando sus manos de nuevo, queriendo que soltara el arma. Se cumple su objetivo, y el caño cae con un sonido metálico al suelo. Ahora va contra su sien. Si lo aturdía...

Compañeros Peligrosos || Tú Y Todos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora