Episodio 8

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Abrió sus ojos lentamente, bostezando con extrema pereza y estirándose, haciendo que todos sus huesos sonaran. Luego se volvió a acurrucar a un lado de Judy.
No sabía cuántos días habían pasado, lo único que sabía es que parecía una maraca de lo mucho que temblaba. Nunca había sido una persona friolera, pero la manta no era tan gruesa como le gustaría, por lo que su calor su escapaba. Se quejó en voz baja.
Por lo que veía, ya Ethan se había levantado, y Eugene o estaba durmiendo todavía o también lo había hecho ya.

—¿Dijiste algo?—le preguntó su compañera, girándose un poco.

—Tengo frío—lloriquea, volteándose también, completamente.

—Awww~, ven aquí, cariño—se terminó de girar y abrió una de sus brazos con una gran sonrisa—, te mantendré caliente. ¡Este es el servicio especial de Judy exclusivo para ti!

La abrazó con fuerza, enredando sus piernas y juntando completamente sus cuerpos. Rió un poquito, y sí, se sentía más cálido ahora.

—Me gusta esto—apretó su mejilla contra el pecho ajeno.

—¿Y esto?—puso una de sus manos bajo su camisa, en la cintura.

Chilló por la sensación de la fría mano contra su piel caliente, sufriendo un escalofrío que hizo reír a Judy. Intentó quitar la mano de allí, pero no consiguió nada y también empezó a reír, empujándola para que dejara de hacerlo, sin resultados.

Entre vueltas y empujones, Judy se subió sobre ella y empezó a hacerle cosquillas con sus dedos fríos, por lo que empezó a retorcerse y gritar por ayuda, mientras las lágrimas de risa corrían por sus mejillas.

La puerta se abrió repentinamente, mostrando un alarmado Ethan, con Zion detrás. Los miró con los ojos aún llorosos y carcajadas escandalosas, viendo como su expresión alarmada y preocupada se transformaba en una de alivio y molestia respectivamente.

—¡A-Ayuda!

Ethan fue en su rescate y tomó a Judy por debajo de los brazos, neutralizándola con un solo movimiento. La castaña dijo que la dejaría en paz y fue soltada, mientras ella se calmaba y jadeaba por aire.

—Pensé que sería algo grave, idiota—dijo Zion desde la puerta.

—Perdón, pero ella no quería soltarme—la señaló infantilmente.

—Extrañaba tu risa—se excusó ella.

—Me hubieses contado un chiste—se incorporó, estrujándose los ojos y secándose las lágrimas.

—No soy buena en eso.

—Mh—le sacó la lengua.

Ethan suspiró y salió de la habitación con Zion detrás. Sabía que el pelirrojo la regañaría mas tarde, pero se centró en ponerse su sostén y salir a desayunar.
A los cinco minutos salió con Judy a la sala principal, hablando de sueños raros y recuerdos.

(…)

Le tocaba patrullar con Sue esa mañana, por lo que iban una al lado de la otra. Ya algunos de los chicos habían salido a buscar comida, y a pesar de que se ofreció, no se lo permitieron. Así que todos se dispersaron, y Lawrence se llevó a Judy con él porque la necesitaba para hacer algo.

En un principio, Sue no parecía querer hablar, pero poco pasó para que empezaran a charlar animadamente. Enseguida se dió cuenta de lo minuciosa que era respecto a la búsqueda de anormalidades, pues sus ojos observadores no dejaban pasar ni el mínimo detalle. Gracias a Dios, no había nada raro por su lado.

Al llegar al aula de 1-C, sus ojos se cruzaron con los de Ethan, por lo que le sonrió amigablemente. Era un chico muy callado, y a primera vista parecía intimidante, pero en realidad era una masita perezosa y deportista, bastante tímido.

Compañeros Peligrosos || Tú Y Todos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora