VI. "The Things Never Are What They Seem"

68 17 15
                                    

¿Saben? ... ya habían pasado algunos días, pero aún no procesaba completamente que Nathan me hubiera besado, o sea, llevábamos un mes y medio siendo amigos y el chico nunca había dado indicios de que yo le gustara, ni una mirada, ni coqueteo... nada.

Por eso me sorprendió tanto que me haya besado así, tan de repente, además de que fue mi primer beso, mi puto primer beso... y no estuvo mal, bueno, tampoco fue nada del otro mundo, solo un simple toque de labios, quizás él hubiera profundizado si no fuera porque, aproximadamente unos 10 segundos después pasó una cosa aún más extraña.

Rosanne, a quien nunca percate acercarse a nosotros, apartó a Nathan bruscamente de mí para proporcionarle un puñetazo en la mandíbula, tan fuerte que resonó en el lugar. Aún me asombra como no se la desencajó, de milagro no le sacó algunos dientes.

Seguidamente lo agarró por el cuello de su camisa y lo puso de espaldas a mí, noté como le susurró al oído algo que no pude escuchar. Además, estaba en estado de shock, tan en shock que si hubiera aparecido un dinosaurio en ese momento no lo hubiera visto, en serio.

Ya pasaron tres días después de ese momento tan... ¿Extraño? ¿Incómodo? En verdad no tengo una palabra específica para describirlo.

Nathan es atractivo, muy atractivo, alto, con facciones masculinas pero no toscas, una complexión bastante atlética, piel clara, sonrisa hermosa con un hoyuelo marcado en su barbilla, penetrantes ojos avellanas, cabellos negros. Así que sí, estaba bueno el chico.

Pero... ¿Me gustaba?

No estoy muy segura de eso, parecía ser muy buena persona y aunque desde hace un tiempo había dejado de creer en la gente que se hacía llamar buena, él me caía bien, al igual que Rosanne, pero Rosanne es mi amiga, y la quiero como amiga, ¿a Nate también?

- Aish... maldición. - maldije en voz baja, apoyando mi cabeza entre mis manos con los codos descansados en la mesa. En toda mi vida no he tenido yo que preocuparme por esa clase de sentimientos, los chicos eran lo de menos, y la última vez que intenté algo... no, eso es agua pasada, no es nada comparado con esto.

"No son ellos, Avery, supéralo."

Estaba en la biblioteca intentando terminar una pequeña tesis que nos orientaron sobre las diferentes enfermedades mentales y sus características. Como estudiante de psicología, de vez en cuando indicaban este tipo de trabajos.

Pero joder con que hoy definitivamente no era mi día. Tenía muchas cosas en la cabeza y no lograba concentrarme en nada, la tesis tenía que entregarla dentro de dos días, claramente no sé si ya la tuviera lista para dentro de ese tiempo. Mi cabeza estaba en cualquier lugar excepto sentada sobre mis hombros y centrada en los estudios.

- Bien Avery, dejemos esta mierda para otro día.

Me dije a mi misma antes de recoger todos mis libros y ponerme de pie. Salí de la biblioteca arrastrando mi alma, sentía muchas miradas encima de mí, lo que ya me estaba haciendo sentir incómoda.

Después de ese anuncio del periódico, ya muchos sabían que yo era la hija del alcalde, el poco tiempo en que pude estar tranquila, en el que nadie sabía quién era y de donde carajos había salido ya se estaba acabado. Ahora muchos me miraban en los pasillos y se susurraban cosas entre ellos. Nadie ha actuado, pero me sentía un poco asustada, el miedo había vuelto, sin razón alguna, pero estaba ahí, como una voz oscura susurrándome desde una esquina, llamándome.

Doblé en una esquina que me llevó al patio trasero, necesitaba un poco de aire fresco. Era un día soleado y muy agradable. El campus estaba vacío, supongo que ya el resto de los estudiantes deberían de estar en clase o en la biblioteca.

Luna de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora