XXVII. "Wake Up"

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3/1/2021

- Por Dios... increíble, ¿quién diría que terminaría siendo amigo de la misteriosa hija del alcalde?

- ¿Amigo?

- Sí... eres linda, y tienes cara de ser buena gente... puedo ser tu amigo, ¿no?

Cuando abrí los ojos se sintió... se sintió como la nada... Solo estábamos el dolor en el pecho y yo, perdida en un recuerdo, perdida en exactamente eso: en la nada.

Después de unos segundos fue que mi vista se acostumbró al rostro de Rosanne. Estaba allí, sentada frente a mí, con la mirada rota y los ojos rojos.

- ¿Avery? - soltó un aire que no sabía que llevaba reteniendo. - ¿Estás bien? - su pregunta salió en un susurro lastimero, como si temiera exponerme a muchos ruidos. Mi nariz se inundó con la humedad de las plantas, mis oídos danzaron con pájaros cantarines mientras el viento componía la melodía. Era como... paz.

Pero algo dentro de mí se rompió al escuchar aquella palabra. Paz. Apoyé los antebrazos en el suave colchón para levantarme, no obstante ahí estaba, el retumbar en la cabeza, dándole vueltas. Me volví a recostar mientras carraspeaba mi garganta reseca.

- A-agua... - logré murmurar muy bajo.

- Cole, dale agua. - ordenó mi amiga, aun manteniendo un menudo metal de voz.

- Ahora mismo. - él habló igual.

Observé al chico en ese momento salir de la habitación, entonces también me dediqué a reconocerla. Por algo sus sábanas se sentían familiares, el olor. El cuarto de Kyril.

Tuve unos segundos en los que me pregunté qué hacía aquí. Pero me acordé. Los recuerdos ametrallaron mi mente como balas. La cena, la droga, la caverna, la traición de Nate, sus palabras... Rosanne, Xander, el lobo, los lobos...

Comenzaba a sentir náuseas, el estómago se me estaba revolviendo. Muchas cosas por procesar... ¿qué estoy viviendo? ¿Fue un sueño? ¿Fue todo un sueño? Comencé a toser desesperadamente; reparé en que iba a vomitar.

- Deacon, va a vomitar... - reconocí la voz de Rosanne, aunque ahora no pudiera verla, a ella ni a nadie.

Sentí sus brazos cargarme en dirección al baño y a los segundos estaba vomitando dentro de váter. No sabía qué soltaba, pues mi estómago se encontraba completamente vacío.

- Joder... - solté un suspiro cansado a la par que alguien me hacía llegar un vaso de agua. Lo bebí todo de un trago. Estaba seca. Me sentía seca. Y la cabeza me dolía, en sí me dolía pensar.

Los mismos brazos volvieron a cargarme; Deacon me miraba con preocupación con aquellos ojos verdes. Me depositó encima de la cama y, sin mirarme a los ojos, se alejó enseguida. Extrañé su calor al segundo.

- Fue un sueño, ¿verdad? - pregunté cuando ya habían pasado varios minutos en silencio. Me querían dar espacio. Ellos. Los que ahora se concentraban solamente en rodearme y contemplarme desde un espacio prudente.

Vi las dudas en sus ojos. ¿Responderme con la verdad y herirme, o con la mentira y engañarme una vez más? Mi madre siempre dice que a veces resulta peor el remedio que la enfermedad. Sin embargo, seguí.

- Fue un sueño. Lo sé. Tomé vino en casa de Nathan y terminé ebria. No soy muy buena con el alcohol, ¿saben? Seguro hice un papelazo, Nate debió de haberse reído mucho por eso... - me obligué a sonreír, pero se me escapó una risa nerviosa, adornando el llanto que quería salir de mi garganta. - Entonces... - sorbí los mocos líquidos que corrían debido a lo mucho que estaba aguantando las lágrimas dentro de mí. - Entonces él se preocupó... y los llamó, sí, o mejor, llamó a Rosanne, y Rosanne me trajo aquí, porque... - tomé aire, limpiándome los bordes de los ojos. Me picaban, necesitaba llorar. - Porque si mi madre me ve llegando así a la casa me mata, jaja... Así que... que mejor no me llevó allá. - giré mi rostro hacia ella. Las lágrimas le corrían por las mejillas, mordiendo sus nudillos para no derrumbarse conmigo. - No me mires así, hiciste bien, lo hiciste bien. - comencé a asentir con la cabeza para que ella también lo hiciera, y lo hizo. No sé si me dolía más el hecho de que me estaba siguiendo la corriente para no lastimarme un poco más, porque yo aún guardaba una tonta esperanza de que todo aquello fuera producto de mi imaginación.

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