XXII. "#RoseDay"

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Esta localidad... era muy agradable. No me había fijado bien en él la última vez que estuve aquí, de todos modos continuaba muy agobiada para hacerlo. Pero ahora me planté más relajada, y tenía la oportunidad de observar bien la dichosa "reserva" donde vivían Rose y los otros individuos.

Las casas estaban justamente en el centro del bosque; varios árboles gigantes rodeaban el pueblo y el atardecer le daba un aspecto muy etéreo al lugar. Era muy bonito, tranquilo.

Hoy era el cumpleaños número veinte de Rosanne, y ella decidió celebrarlo. Estaríamos reunidos en la casa de la antes mencionada. Y con "estaríamos" me refiero a sus cinco amigos de la infancia, Vivianne, casi todos los del equipo de football de nuestra fraternidad, Aisha y Sandy. 

- Estaba como loca contando las horas hasta que llegaras. - oí decir detrás de mí. Sus brazos ya me estaban rodeando apenas me volteé hacia ella.

- ¡Feliz cumpleaños! - la apreté fuertemente, llenándome con su colonia diaria y la calidez de su piel. Pude sentir su corazón latiendo rápido, lo que me hizo saber lo emocionada que se encontraba. Cuando me separé, la observé de arriba abajo; llevaba un vestido negro apretado al cuerpo, con un escote de infarto, su cabello suelto enmarcaba su rostro maquillado sutilmente y resaltando el verde en sus ojos. - Estás hermosa. - ella se sonrojó leve.

- Gracias. - busqué en el bolsillo de mi enterizo de mezclilla hasta sacar un pequeño estuche.

- Toma... - contempló el estuche y luego a mí. Más tarde sonrió, mostrando sus colmillos antes de agarrarlo para abrirlo, encontrando un anillo dentro. Yo alcé mi mano derecha para mover mi dedo anular. - Anillo de amistad. - sentí mis cachetes sonrojarse, un poco avergonzada.

Sé que puede resultar ser un poco infantil, pero siempre quise hacer algo como esto con una amiga, y Rosanne era la primera que tenía. Lo pensé como una buena oportunidad para utilizar cosas de amistad en conjunto con ella. Además, Allison Nora, mi abuela, me ayudó a elegir las piezas de oro, ya que para ello yo no era muy ágil. 

- Me encanta, Avery. - dijo mientras se ponía el anillo, rápidamente me abrazó con tanta fuerza que casi me deja sin aire, pero no me quejé.

- Rosie. - una voz desconocida llamó detrás de nosotras. Mi amiga se separó de mí para voltearse ante una chica que nunca había visto antes.

Era muy bonita, baja, de piel clara, con el pelo negro y grandes ojos azules, lucía delicada y amigable. La mirada en sus ojos mientras nos observaba a Rosanne y a mí era de curiosidad, y un poco de miedo escondido.

- Lia... te presento a Avery... mi mejor amiga. - los ojo de la chica se iluminaron con reconocimiento, sonrió levemente.

- Un gusto, Avery. He escuchado mucho sobre ti. - me tendió la mano y yo la tomé enseguida, devolviéndole la amabilidad. Observé hacia Rosanne, quien poseía una mirada un poco consternada en su rostro, pero la cambió rápidamente cuando me miró.

- Avery, Lia es... es mi pareja. - intenté no abrir muchos los ojos cuando se alternaron entre Rosanne y la chica. Eran pareja.

No sabía que Rose tenía novia, nunca me había dicho...

- ¿Qué… pasa? - preguntó en medio de una sonrisa tensa. - ¿No le dijiste? - Lia pidió más una confirmación que una respuesta mientras le dirigía sus ojos decepcionados a su novia.

Oh-Oh. Huelo problemas.

Intervine antes de que Rosanne empezara a gaguear en un intento de aclarar las cosas.

- Ufff, claro que sí. - asentí frenéticamente con los ojos muy grandes, y creo que parecí una loca por ello. - Ella me ha hablado mogollón de ti.

- Ahhh. - la muchacha se relajó en el segundo que comenzó a reír, acompañándome en la sacudida de cabeza. Genial que me creyera, no sabría dónde meterme si empiezan a tener una discusión aquí en medio.

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