XXXIV. "First Mission (Vampire)"

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¡Terminamos enero con muy buenas notas, caballeros!

Febrero asomaba su cabecita y yo me sentía con la libertad de despejar la mía después de seis materias aprobadas con esfuerzo y pocas horas de sueño. Entregué y discutí mis tres trabajos en la fecha dada, gracias a que ya tenía adelantado casi todo desde las vacaciones. La nieve se detuvo para darle paso a las calles limpias y la posibilidad a Xander y a mí de entrenar al aire libre. El frío aún hacía mecha en el pueblo, pero eso no me detuvo de abrigarme para ir a disparar flechas con Kyril.

Estaba hecha toda una profesional, o eso quería creer. Fui a cuidar a mi abuela un sábado, y, con la casa vacía, le enseñé mi nueva técnica. Allison Nora estaba muy orgullosa de mí, y yo solo pensaba en que tampoco quería decepcionarla a ella tanto como a mí, no cuando me empiezo a sentir útil.

Hicimos una pequeña fiesta en la Fraternidad para celebrar que todos, o casi todos, aprobamos los parciales. También compartimos un momento triste cuando recordamos que muchos de nosotros se iban a graduar en julio y probablemente ya no lo viéramos más. Ricky, Josh y Aisha cantaron como un trío musical, instrumentos incluidos.

Y, no lo vais a creer.

Deacon delató el pasatiempo de Jace, obligándolo a cantar para nosotros. Éste claro que se negó porque, bueno, es Jace. Aunque a nadie se le pasó de largo el sonrojo que produjeron sus mejillas. ¡Jace se había sonrojado! ¡JACE! Y era tan lindo así, gruñendo y mirando a todos con mala cara mientras que sus cachetes revelaban su pena.

Intenté ponerme en su lugar, imaginándome que me pedían bailar frente a todos…

Me acojoné.

Una cosa era bailar entre otras bailarinas muy talentosas.

Otra cosa era hacerlo sola frente a muchas personas.

- ¿Saben qué es lo mejor de estudiar una carrera de letras? - pregunta Rosanne. Yo la miro por encima del hombro; tiene una pierna doblada encima de la silla y la otra colgando. Está escribiendo en la libreta, enfocando el ejercicio con sus gafas de pasta roja. 

La versión de Rosanne con espejuelos es muy sexy. Parece una profesora de un video porno, mientras yo parezco una vagabunda con el suéter de lana y un pantalón de dinosaurios, intentando abrir la cafetera. Dee está a su lado, prestando atención a lo que su hermana está haciendo. 

- No, ¿qué es? - pregunta Cole, con la calculadora en mano, en espera de que Rose le pida resolver un número grande. Aunque, si les soy sincera, Cole no la ha utilizado para nada, todo el cálculo que ha pedido mi amiga lo ha sacado de su propia cabeza. Es un cerebrito.

- Que no tenemos que dar Matemática. - respondió con una gran sonrisa, a diferencia de los chicos que se empezaron reír irónicamente en su cara.

- Ja, muy graciosa. - murmuró Cole.

Las dos compartimos una mirada cómplice. Ninguna debía de enfrentarse a los números, a diferencia de su hermano, a quien le estaba ayudando a resolver un temario.

Deacon reprobó esa materia y, aunque logró pasar la revalorización, se está empeñando en aprender. Si yo fuera él, también estaría en lo mismo. No me llevo muy bien con esa asignatura.

Así que por eso estamos los cinco aquí abajo, a las dos de la madrugada, en el comedor de la Fraternidad. Primero de febrero. Ellos se sentaban a la mesa mientras yo intentaba preparar café.

Volví a ejercer fuerza para hacer girar la parte de arriba de la cafetera. Gruñí.

- Agh, mierda.

- Déjame ayudarte.

Jace se posicionó a mi lado para que le pasara el recipiente, sus cascos estaban alrededor de su cuello, amenamente escuchaba el susurro de una canción rock saliendo de ellos. El sueño le ensombrecía el rostro, como a todos aquí, sin embargo, ninguno se atrevía a dormir. No cuando solo nos quedaba un día para ponernos en marcha.

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