Luna de Sangre

XIV. "History?"

Después de toda la locura que se había formado en la escuela el día de Halloween, los profesores y la policía se vieron obligados a cerrar la Universidad por las investigaciones que se estaban llevando a cabo y para la reparación de los pisos que sufrieron las consecuencias de las explosiones.

Llevaba cuatro días encerrada, sin salir a ningún lugar, sin poder ir a ver a Nathan. De todos modos, ya habíamos hablado por teléfono en cuanto llegué a casa ese día, fue algo corto, pero por lo menos sabía que estaba bien, había logrado salir.

Las pruebas del primer semestre las habían pasado para el próximo año, no conocía muy bien cuánto nos quedaríamos en casa exactamente, pero si la cosa es tan grave como el ataque terrorista que se rumorea, entonces estaremos un buen tiempo.

Lo que no salía de mi cabeza era la imagen de ese lobo negro con ojos rojos que, por cierto, me recordaba un poco a mi Kuki. Gigante y hermoso, porque podría ser una criatura enorme y tenebrosa, pero a mí no dejaba de parecerme precioso. Y miren que he tratado de convencerme que seguramente fue un producto de mi imaginación, pero era imposible, puedo recordar bien la noche ahora, recuerdo no haber tomado alcohol u otra sustancia rara. Además, el calor que expulsaba su hocico… yo lo sentí en la palma de mi mano.

"Estás loca de remate."

Tú también.

No había vuelto a hablar de eso con nadie, ni siquiera con la abuela, quien probablemente lo olvidaría después de unas horas de habérselo contado. Pero necesitaba hablarlo, y no pensaba en nadie más que en mi papá, él quizás podría saber algo.

Ajusté mis guantes de jardinería mientras salía al patio trasero de la casa, hoy ayudaría a mi padre a cortar las flores y arbustos del jardín. Le gustaba mucho la floricultura, era como una especie de hobbie que tenía. Siempre que nos mudábamos, no importa el lugar que fuera, tenía que tener un jardín, ya sea en el patio delantero o en el trasero, o en ambos si era posible.

Hoy era su día libre, así que pensaba aprovechar este momento y preguntarle, esperaba que él supiera algo, era el alcalde después de todo.

- Buenos días, papá. - mi padre, quien estaba agachado plantando una helecho en la tierra, levantó su mirada hacia mi rostro y sonrió.

- Hola, linda... ¿Vienes a ayudar? - pregunta, mirándome agarrar una podadera.

- Sí, estoy aburrida. - le sonreí, aproximándome a un arbusto de rosas blancas para comenzar a cortarles las hojas secas y deformadas, al estar en otoño, la gran mayoría ya estaban en estado marchito. - ¿Hay nueva información sobre lo que pasó el treinta y uno?

- No. Hoy debe venir el jefe de la policía a dar nuevas noticias.

- Escuché por ahí que algunos piensan que es un ataque terrorista. - sentí a mi padre ponerse de pie a mi lado, comenzando a imitar mi acción.

- Eso dicen... pero aún no estamos seguros, creemos que fueron unas simples explosiones. No hubo muchos daños en comparación con lo esperado.

- Una broma de adolescentes podría ser. - le dije, encogiéndome de hombros, aunque aún sospechaba, ¿quién iba a ser tan descerebrado como para poner en peligro a toda una Universidad?

- Hay una poca probabilidad de que sea eso... pero aún hay que investigar.

No hablamos más por un buen tiempo, yo estaba repasando cómo preguntarle acerca de lo que había visto en el bosque, le estaba dando muchas vueltas a eso en mi cabeza, pero es que no sabía cómo hacerlo sin que pensara que estuviera chiflada, no quiero que se asuste y me lleve a un psicólogo.