XXIII. "Harper"

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- Mierda, apártate. - bramé cuando conseguí un poco de la conciencia perdida. Arreglé mi blusa; la vergüenza impidiéndome subir mi mirada a sus ojos.

- Joder, lo siento. Me dejé llevar. - respondió con la misma rapidez que yo componía mi aspecto. - Lo sé, la cagué.

Reí de lado, producto de su disculpa. - Al parecer la cagas mucho, Xander.

- No estaba solo en esto. - se defendió, sus puños ya comenzaban a tensarse a ambos lados de sus caderas.

- No, no lo estabas. - y giré sobre mis pies.

- ¡Avery! - lo escuché llamarme, pero lo ignoré. Cometí un maldito error, me estaba comportando como una cualquiera, besándome con… cualquiera, valga la redundancia. El hombre al que acababa de rozarle la polla era un jefe de policía, mano derecha de mi papá, mi guardaespaldas y el padre adoptivo de mi mejor amiga, lo que faltaba. Todo aquello inundaba mi cabeza mientras apresuraba el paso y terminaba mandándome a correr para que no me alcanzara.

"No pienses de más, Avery."

¿Cómo quieres que no lo haga? ¿Acaso no viste lo que acabo de hacer?

"No has matado a nadie, tranquila."

Joder... eres mi conciencia ¿Qué cojones está mal contigo? Se supone que tienes que rectificar lo mal hecho.

"¿Y por qué asumes que lo que acabas de hacer está mal?"

Ya lo dije, por dios.

“Sólo pusiste excusas, no es lo mismo.”

No pude continuar hablando con mi conciencia porque, ya que andaba corriendo y perdida en mis pensamientos, no noté la figura que se acercaba por la izquierda, que era justo por donde yo arremetía. Mi cuerpo se terminó estampando contra aquel muro duro y resistente.

Tuve un deja vu al sentir como me iba de caída, pero una mano en mi antebrazo detuvo el accidente, pegándome a la pared que resultó ser un cuerpo humano, un cuerpo duro y musculoso. 

Al principio pensé que era Deacon, pero con mi nariz enterrada en su pecho, el olor que se adentró en mis fosas nasales resultó ser diferente, pero familiar. Levanté lentamente mi cabeza y tragué en seco al observar aquellos preciosos ojos grises, que habían sido anteriormente protagonistas de mi primer sueño húmedo.

En estos momentos, observando esos ojos casi transparentes, pegada a su cuerpo, mi mente comenzó a recordar el sueño vívidamente, de igual manera me quedaban las secuelas del beso con Xander. Di un respiro al sentir la punzada en mi vientre bajo e hice lo posible por no removerme ante la humedad entre mis piernas.

Kyril inhaló profundamente sobre el aire antes de inclinar su cabeza hacia un lado, mostrando la sonrisa llena de picardía que me dejó los pelos de punta.

- ¿Qué has estado haciendo, Avery? - ante su tono de voz ronco se me escapó un jadeo que no pude retener, eso lo hizo sonreír aún más.

- No he estado haciendo nada. - me sorprendí a mi misma al no tartamudear, porque estaba nerviosa, tanto que estaba temblando.

- ¿Segura?

Sin previo aviso me pegó a su cuerpo por completo, poniendo una mano en mi cintura. Yo lo miraba fijamente a los ojos. Sentía que lo sabía, que el maldito sabía todo lo que estaba pasando; lo de mi sueño con él, el beso con Xander, que en este momento estaba mojada...

- Dime algo, Avery... - habló mientras la mano que tenía en mi brazo recorrió mi hombro hasta dar con mi nuca. - ¿Con qué sueñas en las noches?

"¡¿Qué mierda?!"

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