XXXIII. "Shoot"

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Quince minutos era lo que tardaba el recorrido desde mi casa hasta la Universidad. Mamá se encontraba incómoda, manejando el volante y cambiando de radio, mientras yo me recostaba de la puerta para mirar por la ventana.

El aire gélido me cosquilleó la nariz. Acabé estornudando.

- Nos vas a matar, ma´. - dije en cuanto me enderecé sobre el asiento.

- No encuentro una canción que valga la pena. La radio por las mañanas es muy aburrida. - se justificó.

- Solo sigue conduciendo, yo voy a ver qué encuentro.

Estiré la mano para buscar la lista de reproducción que tenía puesta la última vez que me subí a este auto, marqué el aleatorio y la primera canción que nos recibió fue un clásico.

Las dos comenzamos a cantar Express Yourself de Black Eyed Peas.

- Express yourself! Girl let it all hang out! Just do your thang! Nothin´ to worry about! - este tema nos traía demasiado recuerdos de cuando cumplíamos años y hacíamos karaoke.

Mis adorados dieciséis.

Mi madre comenzó, como solíamos hacerlo, recordando que sus dotes de rapera aún seguían intactos.

- Let´s do it.

- Let´s do it! - grité de vuelta. Ahora no tenía mis gafas 3D oscuras para similar ser la sub rapera, pero las Sheridan no perdíamos el flow. 

- What do you think to try?

- To try!

- Drop down your lane and go!

- Weeerrr!

- Go where you please no limits…

- No limits!

- There are no limits for you infiniti.

- INFINITI!

- We break it through the bell if you wanna be anything better be free, like number seven in the first sell p! Ya, I thought I told you that the peas… - me miró unos segundos solo para poder enseñar la palma.

- Don´t stop! - exclamamos al unísono. Hubo una pausa, luego ella continuó rapeando como toda una profesional.

A ese ritmo fuimos vislumbrando los edificios de mi Universidad. Mi pecho sintió emoción por comenzar las clases, algo totalmente impropio de una persona tan introvertida, vaga y alérgica a la escuela como yo, nunca me había excitado un nuevo curso o nuevo día de escuela. Al contrario, siempre huía de él. Pero soy una persona que está en proceso de renovación.

“Y tienes seis exámenes que aprobar, y tres trabajos que entregar.”

Agh, ya lo sé. No tenías por qué recordarme ese martirio.

- Bueno, ya sabes que desde aquí estarás luchando por pasar de curso. - apuntó mi madre al parquear el auto junto a los demás, frente a la Universidad. Se había desprendido del cinturón de seguridad, y ahora se ladeaba para darme la charla del día.

- Sí, mamá. - suspiré.

- No me pongas esa cara. Sé que eres muy inteligente, pero te quiero ver estudiando. Ahora tienes más amigos, más libertades, y eso está bien, no lo dudo. Pero la escuela siempre es lo primero.

- Mamá, no tengo quince años, conozco mis responsabilidades.

- Y una de las mías es advertirte como madre. No quiero que repruebes como yo.

- Lo que reprobaste fue el último año de Preparatoria, por dios. - me quejé, golpeando la parte de atrás de mi cabeza con el respaldar.

- ¡Por eso! ¡La universidad es mucho más difícil! Y yo me salvé porque pasé el curso de verano, porque si no…

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