XII. "Who Are U?"

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Mmmm

Huele a madera…

Y a perfume de hombre…

- Joder, mi cabeza. - murmuro con voz entrecortada mientras ponía una mano sobre mi frente.

Abrí mis ojos lentamente, cerrándolos otra vez cuando me dio la brillante luz del sol colándose por una ventana. Me acurruqué de espaldas a ella, al parecer había olvidado cerrarla anoche, siempre lo hacía antes de acostarme a dormir porque después, a la mañana siguiente…

Esperen un momento.

Anoche…

Anoche…

¿Anoche?

Escenas se comenzaron a reproducir lentamente en mi cabeza: Halloween, fiesta, Nathan confesándose, Cole alterándose, Jace y yo… fuego, gritos, corredera, explosión, personas desmayadas, más explosiones, más gritos, yo corriendo por mi vida, perdiéndome en el bosque, viendo una cosa negra, acercándome, dos puntos rojos, cosa negra enorme, luz de luna alumbrando un lobo negro gigante, un…

Esperen…

¿Un lobo gigante?

Había visto un lobo gigante, sí, de pelaje negro y brillantes ojos rojos… ¿Un lobo gigante con ojos rojos?… que mierda más anormal… ¿me drogué ayer y no me acuerdo? ¿Habrá sido el ponche? Seguro le echaron pastillas raras.

¿Que había pasado después de eso?

¿Perdí el conocimiento?

¿Entonces cómo llegué a mi habitación?

Oh dios, ¿me emborraché tanto que ahora no me acuerdo? ¡Pero si yo no tomo!

“¿Y qué te hace pensar que estás en tu habitación?”

En ese entonces fue que reaccioné, abriendo mis ojos y sentándome de un tirón. Enseguida observé a mis alrededores, topándome con una habitación que definitivamente no era la mía. Entré en pánico, ¿dónde estaba? Era mucho más grande, el suelo y el techo estaban hechos de madera, seguramente de ahí provenía el olor que sentí cuando estaba despertando.

Revisé la cama donde estaba acostada que tampoco se parecía a la mía, vestida con sábanas blancas que abrazaban mi cuerpo cubierto con un… ¿un camisón…? ¡¿Un camisón?!

¿Por qué tenía yo algo así?

¿Cómo demonios me lo había puesto?

Si esto era alguna broma pesada del destino, pues quiero que sepa que su misión está cumplida, ha logrado asustarme. Una vez más ojeé la habitación, que por cierto, estaba mucho más ordenada y limpia que la mía, olía muy bien así como las sábanas que cubrían mi cuerpo del frío de la mañana de otoño.

¿Estaré secuestrada? Si es así, ¿entonces porque no estoy atada, amordazada o algo? Muchas preguntas y muchas escenas desagradables se pasaban por mi cabeza, pero ninguna tenía sentido.

El momento de sorpresa fue cuando me dio por llevar mis ojos hacia una esquina del cuarto y casi se me sale el corazón por la boca cuando vi a alguien de pie justo allí.

- ¡Mierda! - grité, encogiéndome en la cama mientras recordaba bien que la persona frente a mí era…

¡¿Qué?!

No podía creer que fuera el chico que había visto ayer por la mañana, el del pelo blanco y ojos grises, por el que gracias a que estuve mirándolo como idiota me caí y me abrí una herida en la quijada, que ya estaba curada, pero bueno.

¿Qué hacía este chico aquí? , o no, ¿qué hacía yo con este chico aquí?

Quizás sí es un secuestrador perturbador después de todo. Dedujo que estaba en la Universidad aquella mañana para ver a que pobre infeliz se llevaba, y claro ¿quién más infeliz que yo? Ahora seguro que jugará conmigo a las casitas y me obligará a hacerle la cena como aquellos psicópatas que salen en los documentales.

Luna de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora