Sin Piedad

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Los siguientes meses y que prácticamente fueron ya casi un año fui a vivir con mi padre, hablé con Eileen ella no tenía la culpa de lo ocurrido así que constantemente va a ver Armand a la pastelería y en ocasiones lo llevo a su casa, algunas de esas veces Severus entra y nos mira con Desdén como si no estuvieramos, soy sólo la amiga de su madre.

Me he enfrentado a él junto con la orden y me ha atacado sin piedad alguna, cuando me ve en las reuniones me trata con frialdad, tuve que explicarles en la orden lo que sucedía, al único al que le pareció correcto fue a Albus.

Todo este odio y dolor me ha fortalecido ya he destruido el guardapelo y el anillo, aun que la piedra que tenía el anillo no pude destruirla así que la guarde junto con la piedra filosofal, el guardapelo tenía mucha magia negra dentro así que sólo combati odio con más odio.

El declive de Voldemort es evidente y en su desesperación por encontrar quien está buscando asesinarlo y evitar la profecía ha intensificado la búsqueda de los Potter, por cierto que Lily esta embarazada, que conveniente. El siguiente paso que tenía que dar era matar a Voldemort y Naggini, y la oportunidad de tenerlos a ambos en el mismo lugar era evidente. Sólo tenía que esperar a que Severus nos dijera que día ocurriría.

Quiero matar a Peter pero no es conveniente ya que debe cumplir con su parte en el futuro, finalmente así necesito que ocurra.

-Evelyn debemos irnos, los mortifagos están atacando un lugar en el valle de Godric. - Dijo Remus.

Tomé mi capa y mi varita y salí corriendo. Cuando llegamos al lugar ya estaba todo hecho un campo de batalla,pues para mí sorpresa Voldemort estaba ahí y vi a Naginni, esta era mi oportunidad de destruir al último de sus horrocrux.

Durante toda la pelea yo sólo busque la forma de acercarme lo más posible a ella.

- Sirius necesito que me cubras-

- ¿Que estas pensando?-

- Sólo que no tendré piedad -

- Te cubro -

Mientras el atacaba a Voldemort yo aproveche para atacar a Naggini, logre llevármela del lugar con un hechizo para aparecer.

- Ahora sólo estamos tu y yo, Maldita serpiente. Aquí morirás, justo donde yo morí cuando tu y tu amo nos arrebataron todo - Cuanto dolor sentía, por eso la lleve a la que era nuestra casa.

Por supuesto la serpiente no es nada tonta y me atacó de todas las formas posibles... Subí corriendo a una de las habitaciones, mi varita estaba rota y necesitaba encontrar algo para asesinarla.

Rebuscando en mi cuarto encontré la daga y el resto del veneno de basilisco, casi no logro terminar de prepararla cuando ya le tenia encima de mi, comenzó a estrangularme con su cuerpo como si quisiera verme morir lentamente.

Cuando estaba perdiendo el conocimiento, ella se distrajo creo su amo estaba llamándola y fue ahí donde aproveche para enterrar cada centímetro de la daga en su cuello.

La vi caer y desaparecer como cenizas, yo sentía que una parte de mi estaba lista para lo que venía pero otra no, en cuanto pude sobreponerme a la falta de aire volví al lugar de la batalla, pero ya no había nadie solo estaban los destrozos, así que comencé a caminar por el valle cuando vi un rastro de sangre que me guiaba hasta un callejón, cuando llegue sentí que me quitaban el alma por segunda ocasión.

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