MYTHOMANIA | JEON JUNGKOOK [Sinful #1]

011.

Im Bora

Busqué entre lo más profundo de mis recuerdos, para encontrarme la verdad que no sería capaz de admitir nunca.

Mi fijación insistente en una cosa, traería problemas más allá de unos sentimientos abrumadores que recorrían cada parte de mi cuerpo, sí, por el momento, por él. Batallé por no ceder ante mi indiscreción de mirar hacia todos los sitios que pudiera, ni impresionarme mucho por lo grande de su hogar.

La manera en la que relataba como se dedicó a entrenar, sin poder descansar un segundo hasta que se sintió seguro de salir de ahí, no podía dejar de prestarle mínima atención. Más cuándo expresó su alegría de haber ganado su primer cinturón mundial de boxeo y después de dos veces defendiéndolo, hace un par de meses, quedó en tercer lugar.

Era tan suave, tierno. Intercambiamos protagonismos, entonces esa atención que tenía por escucharlo hablar, cambió para verle concentrado. Me conmovió saber que otra persona que no fuese Taehyun, me prestara tanto interés a mis palabras torpes.

Narré avergonzada lo que en verdad había sucedido con Young, toda esa aventura fastidiosa, pero él reía divertido. Cuándo, le confirmé mi gran enfado para que le llegase a cortar el cabello, no recriminó. Me disculpé, en verdad lo sentí y él también, dijo que fue muy inmaduro después y torpe.

'Es normal que me odiaras, ¿aún lo haces?' Eso fue algo que no respondí, solo negué con una sonrisa mientras bebía un poco de agua. No lo odiaba, era de esas veces que yo misma estaba segura de que no mentía, no lo odiaba, simplemente no entendía que era, solo me abrumaba al pensar.

—Yo —Siguió masticando, mostrando nuevamente su atención a mí—, me pregunto como es que vives solo en este lugar tan grande.

—No sé qué pasa, pero algunas cosas que haces y dices me recuerdan a mi madre, es como si te preocupara —Tomó su vaso y bebió. Estaba acostumbrando a él, no sé si era bueno. Me gustaba la conversación que estábamos teniendo—. Me mudé al cumplir 19 años.

—¡Tan pronto! Dios, yo tengo 20 años y sigo viviendo con mi madre.

Abrí mi boca decepcionada, no podría salir de casa de mi madre en un buen tiempo, si pudiese, no querría dejarla sola, ni tampoco vivir sola. Al diablo todo, eso sí que era fatigoso.

—No te sorprendas. No tiene que ver con dinero ni nada material, solo fue un poco de determinación. Creo que me siento bien aquí, es mi espacio. Casi tres años viviendo en Jeju y en este Penthouse, hace unos meses acabé con las últimas remodelaciones.

Apoyé mi mano en mi rostro, mejor dicho, al revés. Quería saber más de él. Quería escuchar más. —¿Desde cuándo empezaste a boxear?

Movió los platos por qué también había acabado. Enrolló sus piernas, se acomodó y me miró con más atención.