A causa de la acción más ofensiva, que para 𝗜𝗺 𝗕𝗼𝗿𝗮 resultó siendo graciosa, solo fue la fuente para qué la intriga, y el deseo de pecar, se apoderara de ella.
Ni mucho menos para la pobre víctima, el famoso boxeador 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jeon Jungkook
Sentía que podría llorar justo ahora.
Estaba seguro de que si no le daba la cara, se iba a enojar por qué podría malinterpretar la situación. Con un resoplido, me levanté del asiento, girando para quedar justo enfrente de ella. Su gesto al verme, me hizo darme cuenta de que no sospechaba que fuese yo, pero pronto miró a Namjoon quién estaba confuso.
—¿Me traicionaste? ¿Le dijiste que estaba aquí? —Bufó, ofendida. Entonces, volvió a mí— Te dije que no quería verte, dame mi espacio.
—Hey, hey, linda. Deberías calmar tu euforia aquí mismo. Creí que era tu novia Jungkook.
—Pues no estoy muy segura que lo sigamos siendo.
De alguna manera, sentí que estaba malinterpretando la situación, así que me dispuse a hablar.
—Fue una coincidencia, de igual podríamos encontrarnos en cualquier sitio. Bora, yo, necesito hablar contigo.
Supliqué y la risa de Rebeca me hizo verla.
—Así que tú eres la novia de Jeon —Dio dos aplausos y se quedó de brazos cruzados— Te recuerdo, la nueva secretaria de Jeon Hyunwook, la misma que vi en esos combates, solo que con cabello negro y sin apariencia arrogante como la que tienes ahora.
Estaba en un lío. Las cejas de Bora se fruncieron, pero de pronto bajó su bolso de su hombro, para tomarlo entre sus dedos y sonreír.
—Que bueno que al menos me recuerdes, por qué de ti, ni la ceja. Seguro es más falsa que tú misma.
—No me vas a ofender linda, soy hermosa por más cosas que digan. Rostro, cuerpo, personalidad, todo lo que un hombre desea. Te aseguro que si quiero, te puedo quitar a tu supuesto novio ahora mismo.
—¡Rebeca!
Grité. Colocándome enfrente de ella, porque parecía ir hacia Bora de forma amenazante. Su sonrisa, igual que siempre, sabía que fastidió a alguien. Cuándo quise darme la vuelta, para ver a Bora, esta estaba de brazos cruzados, sonriendo igual. Mierda.
—Quítamelo si quieres —Se encogió de hombros— Y gracias a tu mirada asquerosa, ya recuerdo quién eres. La chica en ropa casi interior, quién se sube al ring en cada combate, ¿no? Claro. Solo recuerda, que entre tú y yo, hay una larga diferencia...
Me hice a un lado, cuándo la vi acercarse. A pesar de ser más baja que Rebeca, parecía más segura.
>>> —Yo no necesito pedirle a un hombre que se ponga a mis pies, porqué ellos mismo lo hacen —Iba a irse, pero se giró, como si se hubiese acordado de algo— Ah, y felicidades por tu voluptuoso cuerpo, no voy a ofenderte, porqué estoy agradecida de haber nacido con partes de mi cuerpo naturales, como mi nariz, fea o no, me amo, deberías aprender de ello.