A causa de la acción más ofensiva, que para 𝗜𝗺 𝗕𝗼𝗿𝗮 resultó siendo graciosa, solo fue la fuente para qué la intriga, y el deseo de pecar, se apoderara de ella.
Ni mucho menos para la pobre víctima, el famoso boxeador 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸...
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Im Bora
Mi cabeza se movía al ritmo de la canción; You want My love de 'Earth, Wind & Fire, Lucky Daye' que sonaba en la radio del coche. La brisa del mediodía era de ayuda para el sol impertinente que molestaba el bonito día de hoy. El cielo estaba despejado y brillaba casi por decirlo así. Miré a mi costado para encontrarme con un Jungkook tan atractivo, tenía una pequeña sonrisa en su rostro, una sudadera que casi no abrigaba y unos pantalones cortos deportivos que hacían conjuntos y dejaba apreciar sus piernas musculosas.
Después de lo que hicimos a primera hora, nos duchamos -en el mismo baño, por el simple hecho de que me dolían las piernas y él temía que me caera-, desayunamos algo liviano y decidió traerme a casa. Eran las 12:20, hora en la cual el restaurante estaba lleno.
—Oh, mira este lugar.
Normalmente, los fines de semana estaban llenos de personas que venían de otras ciudades a pasar vacaciones. En las semanas habían ganancias, pero los fines más. Nos adentramos más al barrio. Aparcó el coche en un sitio cerca del restaurante de mi madre. Bajé del coche y a los segundos Jungkook. Sacó mi mochila de la parte trasera y la colocó en su espalda, mientras que yo iba con la ropa de trabajo que estaba limpia y mi bolso.
Nuestro paso era algo lento, más por qué quería disimular que aún sentía algo incómodo ahí abajo y mis piernas seguían algo molestas. Bueno, no solo las piernas, era el hecho de que en la postura es que estábamos, mi espalda quedaba muy enarcada, fue tan excitante y doloroso.
Le dije que sería mejor ir a mi casa, pero nos detuvimos en seco en cuánto notamos a mi madre salir de la casa y quedarse parada mirándonos.
—¡Bora!
Sin fijarse en Jungkook, se acercó a mí y dejó un leve golpe en mi brazo. Me quejé avergonzada y le hice una señal de que había alguien aquí, pero le daba igual.
—Leíste mi mensaje y no te dignaste a contestar. Fui a tu habitación y no estabas, Myung-hee mintió por alguna razón diciendo que estaban en su habitación, no estabas con Taehyun ¿Dónde estabas?
No podía decirle que me quedé a dormir en casa de Jungkook, me haría muchas preguntas, sabe que no estaba con Taehyun, Myung seguro trató de ayudarme. No sé qué decirle, a penas sentía la mirada de Jungkook en nosotras.
—Me quedé en el hospital.
De pronto su semblante cambió y bajó la mirada.
—Te dije que no quería que volvieras a hacer eso —Entonces, miró a Jungkook confundida.
—Acabo de encontrármelo en el camino y se ofreció a llevar mi mochila.
El ambiente cambió y nos rodeó para poder irse.
—Ve a dejar las cosas, ponte algo cómodo y ven junto con el muchacho a ayudarme. Hay mucha gente y Min-hee no está.
Suspiré. Nos quedamos nuevamente solos. No podía ser.