Habían visto la enorme tormenta que ya estaba casi encima de ellos, y él estaba preparando su uniforme de la academia. Ya estaba listo para luego ir a la cubierta y ver si necesitaban ayuda con algo. Al ver que estaban bien y tenían "todo bajo control", fue hasta donde estaba el capitán para hablar sobre la tormenta y preguntar si no había ningún peligro con eso.
—Mira a quien tenemos aquí.—sonrio.
—Capitán.—hizo una leve reverencia, estrechando la mano con aquel hombre que le recibió con una sonrisa y un leve movimiento de cabeza.
—¿Cómo estás, Jungkook? Ya no más formalidades, por favor. Sabes que no me agrada eso, además ya lo habíamos hablado.—dijo mientras le hacía señas para que se sentara con él en una pequeña mesa redonda.
En la mesa había dos vasos de vino, una jarra llena del líquido amargo y rojo, un mapa, un telescopio pequeño y un plato con frutas en el centro. Al capitán le gustaban esas decoraciones que en la actualidad se podía ver cómo si quisiera ser un pirata.
—Lo sé, Baekhyun, pero ya sabes cómo es mí padre y siempre me dice cómo debo dirigirme hacia las personas, aún sin importar si son conocidos o no. Que debo ser respetuoso con todos, y eso me fastidia un poco.—dijo mientras hacía su cabello hacia atrás en señal de frustración.
—Sí, sé cómo es. Tú tranquilo, que si te ve hablando 'informal', yo mismo le patearé el trasero, ya que sabe perfectamente que no me gusta nada de eso. Pero parece que lo hace a propósito solo para molestarme.—le alcanzó el vaso con el líquido amargo y sonrió graciosamente.—Tú solo déjame lo a mí, ¿de acuerdo?.
Jungkook no pudo evitar reír por la ocurrencia de su amigo, ya que él y sus antepasados fueron los encargados de transportarlos a él y a su familia durante años. Su padre, abuelos y tatarabuelos fueron capitanes de ese mismo barco, que con el tiempo se ponía cada vez más viejo pero más importante para toda la familia. Servían a la familia Jeon. Era especial para ellos debido a todos los recuerdos que pasaron juntos en aquel barco. Más bien una reliquia familiar.
Los ayudaban a reparar el barco todos los años, con la esperanza de que este funcionara siempre y pudiera convertirse en el transporte de toda su familia por muchos años más. Aunque sabían que eso nunca pasaría. Después de hablar y recibir la confirmación de Baekhyun de que todo estaría bien y que la tormenta pasaría, asintió. Aunque no estaba totalmente convencido, estaba un poco preocupado por el movimiento y el fuerte viento que comenzaba a hacerse. Regresó a su habitación para cambiarse y estar listo para su llegada a la academia.
Se cambió, se puso su traje y se sentó en una silla juntando sus manos encima de su muslo, mirando fijamente un punto de la pared y pensando en todo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
