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"¡Suerte!"


Definitivamente no lo olvidaría jamás.

¿Y ahora qué haría? ¿Qué más podría hacer sino salir de una vez por todas de ese lugar y llevar consigo a Jimin?


¡Jimin!.

Mierda. Se levantó, sacudiendo la arena de sus rodillas, se limpió las lágrimas y corrió hacia donde había dejado durmiendo al rubio. Pero cuando llegó, no estaba y eso le asustó. Sin embargo, por alguna razón, recordó algo que la voz le dijo.


"Dile que cumpla su promesa"

¿Promesa? No sabía a qué se refería, pero primero debía encontrar a Jimin y luego hacer señales al barco. Está es su última oportunidad y la aprovechará.


"Primero Jimin, luego el barco", se dijo a sí mismo con total nerviosismo. Pero la pregunta era.

—¿Dónde está Jimin?.

Comenzó su búsqueda, revisando los lugares donde sabía que a veces iba el rubio, pero no se encontraba en ninguno de ellos. Corrió de un lado a otro, llamándolo por su nombre, pero este no daba señales de vida y eso le preocupó demasiado.

¿Dónde podría estar?

¿Le habrá pasado algo malo?

Sacudió su cabeza para apartar esos malos pensamientos y siguió buscándolo, pero no lo encontró por ningún lado. Pensó dónde más podía haber ido y algo hizo "click".

No pudo haber ido...

Tenía que estar allí, si no, ¿dónde más? No perdió más tiempo y fue hacia el único lugar que sabía que el pequeño rubio podría estar. Corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron. Ya casi llegaba cuando vio una rama delante, la esquivó, pero no vio una pequeña roca más adelante. Tropezó con ella y cayó con fuerza al suelo, rodando unos cuantos metros. Abrió los ojos con una mueca en su rostro y se miró el cuerpo.

Sus brazos estaban muy raspados, sus manos tenían algunas cortaduras y sus rodillas sangraban por los raspones.


Además, tenía una pequeña cortadura en su mejilla derecha. Se levantó y soltó un quejido por el dolor y el ardor en las heridas, pero siguió caminando hasta casi llegar donde estaba el rubio. Debían salir rápido o de lo contrario, el barco y su última oportunidad se irían para siempre.


Siguió y siguió hasta que finalmente llegó. Y como su instinto le había confirmado, el pequeño rubio estaba allí. Estaba arrodillado, de espaldas, con una mano en el suelo y la otra en su cara, cubriendo sus ojos. Pudo saber que estaba llorando por como se sacudía, pero cuando Jimin sintió un ruido detrás suyo, se volteó rápidamente y lo vio. Su expresión cambió de tristeza a preocupación al verlo en ese estado y corrió hacia él.


—¡Jungkook! ¿Qué...? ¿Qué te pasó?—le preguntó una vez que estuvo a su lado y lo ayudó a levantarse, para sentarlo mejor sobre una roca.—¿Qué te sucedió?.

⚠︎𝐂ℎ𝑖𝑐𝑜 𝐏𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜⚠︎  ꧁𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora