⚠︎𝐂ℎ𝑖𝑐𝑜 𝐏𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜⚠︎ ꧁𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽꧂

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꧁ᴥ︎︎︎Primera experienciaᴥ︎︎︎꧂

U

na semana después, ambos chicos pasaron un tiempo increíble juntos, yendo de salida en salida. Fueron al cine, a comer, a jugar videojuegos, pasearon en moto, fueron a la playa y se divirtieron como nunca antes.

Jungkook se esforzó para asegurarse de que Jimin se divirtiera al máximo, sintiendo que debía hacer más por él y que se lo merecía. Sin embargo, se estaba quedando sin ideas. Quería hacer algo diferente, pero no sabía exactamente qué.

Quería llevarlo a conocer nuevos lugares, pero no sabía a dónde. También hubo momentos en los que se perdían en sus besos, besándose con anhelo, ternura y pasión.

A veces se separaban, jadeantes y con la sensación de haber experimentado algo nuevo, pero les gustaba esta experiencia, así que continuaron besándose.

Justo en ese momento, estaban sentados en la playa, cubiertos por una toalla que Jungkook llevó para Jimin en caso de que quisiera meterse al agua. Jimin estaba entre las piernas de Jungkook, recostado de lado, mientras este lo abrazaba con una mano en su cintura, acariciando la pequeña porción de piel que quedaba al descubierto debido a que la prenda de Jimin estaba levantada ligeramente.

Se besaban como en otras ocasiones, lentamente, con cariño, amor y tranquilidad. Sentían cómo sus corazones latían rápidamente en sus pechos y sus estómagos se llenaban de mariposas.

Así es como Jimin describió los sentimientos que tenía hacia Jungkook, y este solo sonrió antes de besarlo con pasión, encontrando sus palabras hermosas y tiernas.

Jungkook había estado pensando en que Jimin fue el primero en dar el primer paso. Esperaba que él también lo hiciera, esperaba que le dijera lo que sentía por él, y estaba ansioso por escucharlo.

—Estoy enamorado de ti, Park Jimin.—dijo en medio del beso. Luego se separó para mirarlo mientras acariciaba su mejilla suavemente.—No sé cuándo ni cómo, pero no puedo seguir ocultando lo que siento. Te has metido tanto en mí que no podía dormir pensando en ti. Cada vez que te veo sonreír, alegras mi vida. Amo todo de ti, pequeño, todo. Y no sabes cuánto deseo hacerte feliz, porque eso es lo que te mereces. Quiero tener el privilegio de hacerlo, bebé.

— Kook...—susurró Jimin, sorprendido por las palabras de Jungkook, sin saber qué decir.

—Jimin, en serio quiero hacer esto. Quiero hacerte feliz, quiero que estés conmigo.—continuó Jungkook, siendo sincero. Jimin lo miraba con ojos brillantes y dulces, inspirándolo a seguir.—Quiero poder darte todo lo que anhelas, darte lo que te mereces y ser feliz a tu lado. Sé que no encontraré a nadie más como tú, y no quiero tener a nadie más en mi vida que no seas tú, porque yo...

—¿Tú..?.—preguntó Jimin, con curiosidad y dulzura en su mirada.

—Porque yo... yo... bueno, es que yo.—se maldijo a sí mismo en ese momento.—Mierda.

—Tranquilo, primero ordena tus palabras y luego me las dices, ¿de acuerdo?.—rió Jimin tiernamente al ver la pequeña frustración de Jungkook.

Le acarició la mejilla y lo besó. Jungkook lo recibió gustoso, atrayendo su cuerpo más cerca del suyo, si eso era posible.

El beso poco a poco se intensificó, volviéndose más demandante, húmedo y carente de ternura. Era el momento que ambos disfrutaban experimentar, ya que sus cuerpos reaccionaban rápidamente el uno al otro.

Antes, siempre tenían que estar preparados para la vergüenza que sentían al separarse. Pero esta vez no fue así. No se separaron, sino que profundizaron el beso.

Jungkook poco a poco dejó el cuerpo de Jimin sobre la arena y luego se posicionó encima de él, sin aplastarlo con su peso.

Ambos estaban perdidos en los labios del otro, disfrutando de las caricias que sus cuerpos se proporcionaban. El calor en sus cuerpos iba aumentando gradualmente, y podían sentir cómo sus entrepiernas se volvían dolorosamente erectas.

Jimin sintió una mano deslizarse bajo su ropa, acariciando su cintura y abdomen. Cuando sintió el aliento de Jungkook en su cuello, contuvo un gemido al sentir algo cálido pasar por ahí después de una pequeña mordida.

Jungkook mordisqueaba su cuello, lo besaba, lamía y succionaba suavemente en esa zona tan sensible, provocando que el cuerpo de Jimin se estremeciera y soltara un gemido involuntario.

—K-kook...—balbuceó Jimin.

—Debemos parar, bebé.—susurró con voz ronca en su oído, luego mordió su oreja, provocando otro leve gemido en Jimin.