⚠︎𝐂ℎ𝑖𝑐𝑜 𝐏𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜⚠︎ ꧁𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽꧂

15🍃

...FLASHBACK...

Jimin estaba disfrutando del hermoso paisaje desde la comodidad de un enorme y acogedor árbol al que había llegado mientras huía de su hermano esa misma mañana.

¿Qué sucedió?.

♪—Esa mañana.

Jimin, de 12 años, estaba aburrido y sin tener idea de qué hacer. Se estaba quedando dormido debido al aburrimiento. Mientras tanto, su hermano arreglaba algunas cosas en la pequeña casa hecha de troncos de árboles cortados, palmeras y lianas para asegurar firmemente la estructura y evitar que saliera volando después de todo el esfuerzo invertido en su construcción.

Cuando el mayor terminó de hacer los arreglos a un costado de la casa, se limpió las manos y colocó una mano en cada lado de su cadera. Orgulloso, hinchó el pecho y sonrió satisfecho con lo que había logrado. Luego, miró a Jimin y alzó una ceja incrédulo al ver lo que estaba sucediendo. Jimin estaba sentado en una roca, con una mano apoyada en su mentón, la boca entreabierta y emitía leves ronquidos.

Su hermano se acercó a él con cautela, tomó la mano que sostenía su mentón y la soltó repentinamente, lo que hizo que la cabeza de Jimin cayera hasta la arena y se despertara asustado al sentir un pequeño golpe en la frente.

Miró confundido a su alrededor. Cuando levantó la vista, vio a su hermano riéndose. Jimin frunció el ceño, se levantó y tomó una roca que estaba a su lado para lanzársela. Sin embargo, su hermano la esquivó hábilmente y lo miró con una sonrisa arrogante. Pero en ese momento, el mayor vio la expresión de horror en el rostro del menor al mirar por encima de su hombro. Giró la cabeza y abrió los ojos de par en par al ver la casa derrumbarse como una hoja. Casi se atraganta con su saliva y volvió su mirada furiosa hacia el menor, quien al ver esa mirada llena de ira, decidió correr por su vida.

—¡No me mates!.

—¡Ven aquí, pequeño demonio! ¡Ya verás lo que te espera!.—corría justo detrás de él, pero Jimin, al ser más pequeño, era más ágil para esquivar.—¡Juro que cuando te atrape te sacaré los ojos!.

—¡No me atraparás!.

Jimin subió al árbol y se elevó. Cuando alcanzó la mitad del árbol, miró hacia abajo y vio cómo su hermano llegaba hasta allí, exhausto por correr tanto y añadiendo el esfuerzo de construir esa intento de casa que al final terminó como un papel mojado.

—¿Estás cansado, hermanito?.—sonrió burlón.

—¡Bájate de ahí, mocoso! ¡Ahora!.—exclamó, exhausto y mirando hacia arriba mientras jadeaba por la carrera. Sin embargo, el niño solo hizo un puchero, lo cual le hizo reír en un resoplido. Después de todo, era solo un niño.—Baja, no te haré nada -dijo el adulto, intentando tranquilizarlo.

—No, seguro me torturas en cuanto ponga un pie en el suelo. Además, fue un accidente, no fue mí intención estropear tu casa.—respondió el niño, subiendo por las ramas del gigantesco árbol.—Bajaré cuando estés de mejor humor o cuando tenga hambre, ¿quién sabe?.

Se encogió los hombros, restándole importancia, y continuó subiendo hasta llegar a la copa del árbol. Al llegar, se maravilló con la hermosa vista que se extendía hacia el mar y otras partes de la isla. "Hermoso", pensó, sus ojos brillando y una hermosa sonrisa formándose en sus labios. Nunca antes había estado en un árbol tan alto que le brindara una vista tan impresionante.

—¡Oye, mocoso! ¿Qué ves ahí arriba?.—preguntó, deseando ver también pero estaba agotado como para subir hasta allí.
Se recostó en el árbol y decidió esperar a que el enano mocoso bajara.—¡Ten cuidado! No quiero que te rompas una pierna por querer hacerte el Tarzán.

Jimin solo rió y continuó disfrutando del hermoso panorama un poco más.
Cuando finalmente se cansó de estar tanto tiempo de pie, decidió que era hora de bajar con precaución. No quería romperse una pierna, un brazo o incluso el cuello. Al llegar abajo y sin bajar de la raíz más baja, el niño miró al adulto, quien lo observó frunciendo el ceño.

—¿Qué?.—preguntó, sabiendo de alguna manera lo que quería cuando lo miraba con cara de cachorro mojado.—¿Tienes hambre, verdad?.

El niño simplemente asintió y puso un puchero inconsciente, lo cual hizo reír al adulto. Aún riendo, se acercó al niño.

—Vamos, pequeño demonio, busquemos algo para que comas.—dijo, abrazándolo por los hombros. Caminaron hacia un lugar donde el adulto había visto las frutas más jugosas, pero sabían que sería un largo camino.—No te detengas.

El adulto veía cómo Jimin intentaba bajar unos cocos usando piedras y cómo una de ellas le había golpeado la cabeza, dejándole un pequeño chichón. Taemin no pudo contener la risa y le ordenó a Jimin quedarse allí hasta que bajara los cocos y recogiera leña para la fogata de esa noche.

El niño se cansó mucho, pero finalmente completó sus tareas. Mientras Taemin preparaba el pescado que habían atrapado, Jimin decidió volver al enorme árbol para disfrutar nuevamente de la hermosa vista que tanto le había encantado.

Cortó algunas raíces que obstaculizaban su visión y se sentó en una cómoda cama formada por dos raíces cruzadas. Este lugar se convirtió en su favorito, le transmitía una gran tranquilidad. Con el viento acariciando su rostro y el sol brillando sobre él, subía al árbol cuando hacía mucho frío para calentarse. Estaba tan relajado, pero ya era hora de comer y el adulto lo llamó para eso. Tal vez no sabían por qué estaban allí, o tal vez sí, pero...

¿Por qué tuvieron que pasar por todo eso?

La explosión de su barco seguía en su memoria. El adulto decía que era muy sospechoso, que podría haber sido intencional. Quizás alguien malvado quería deshacerse de ellos y ahora esa persona creía que lo había logrado. Pero ¿quién sería capaz de ser tan cruel y hacer algo así?

¿Quién querría lastimar a alguien como él?. No lo sabía, pero el solo hecho de pensarlo le daba miedo. La idea de que alguien extremadamente malvado pudiera haber planeado su muerte y la de sus amigos lo atemorizaba. Juró que cuando descubriera quién fue el responsable, lo haría pagar caro por todo lo que les hizo pasar.

¡Lo pagará muy caro todo!

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Nos leemos luego 🐾