05: NANON

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Han pasado un par de días y mi mirada no puede detenerse cuando se trata de voltear a verlo en clases, porque siempre está participando y tiene la respuesta para todo.

Cada vez que lo veo no puedo evitar recordarlo en su habitación, y no es porque me importe, pero es extraño que ahí, en medio del salón de clases, aparente que nada está mal, cuando está claro que tiene problemas.

Me recuerda un poco a mí.

Tiene unas estrellitas idiotas dibujadas en sus uñas y solo puedo pensar en cuanto control tiene en las manos para hacerse esa ridiculez.

Sí, pienso todo el tiempo en Ohm y no sé cómo detenerme.

—Kirdpan —escucho que dice el maestro y llevo los ojos al frente— ¿Quiere complementar algo?

—E-Eh, no —respondo negando con la cabeza y siento como todos me miran, incluyendo al marica.

—¿Sabe acaso de qué hemos estado hablando?

—Finanzas corporativas —susurra Ohm enfatizando bien sus labios, para ayudarme y dudo un poco antes de responder.

—Finanzas corporativas —digo en voz alta y el maestro asiente regresando a su asiento.

No quería su ayuda y no entiendo por qué la tomé.

Dejo pasar el resto del tiempo tratando de no pensar en eso, pero en la salida, al verlo avanzar hacia afuera, agarro mis cosas y voy tras él, porque creo que merece que se lo agradezca.

—Nanon —dice Chimon para llamar mi atención poniendo una mano en mi brazo y suspiro viendo como Ohm desaparece por el pasillo.

Tal vez es mejor así.

Mi mejor amigo empieza a hablarme de su día mientras caminamos y cerca de la puerta principal, junto a la pared, veo que él está parado hablando con alguien.

Su sonrisa me molesta.

No creo que sea apropiado ver a dos maricas coqueteando en medio del pasillo central, como si fuera algo normal.

Me desvío un poco del centro del pasillo y empujo el pecho de Ohm con fuerza al pasar por su lado.

—Das asco —le digo volteando ligeramente hacia él.

—¿Qué te ocurre? —me pregunta el otro marica, pero lo ignoro porque no me importa y solo veo los ojos de Ohm esperando que reaccione de alguna manera.

—Nadie quiere saber quién te va dar por el culo —continúo mirándolo pero no me dice nada y empiezo a desesperarme porque no me presta atención.

—Idiota —susurra dándome la espalda y agarra el brazo del chico para jalarlo, lo que me ocasiona una molestia mayor.

—¿Te vas a ir a llorar, marica? —pregunto alzando la voz y la gente empieza a mirarnos— ¡Al menos espera a llegar a tu casa como siempre!

Ohm solo me ignora y quiero correr tras él para golpearlo, pero Chimon me sostiene.

—Nanon, ¿qué fue todo eso?

—¿El qué?

—¿Por qué estás tan molesto, amigo? Relájate un poco.

—Odio a los maricas —respondo mirando la espalda del idiota.

—A mí tampoco me agradan, pero esto parecía muy personal.

—No es personal, si quiere estar con su novio debería hacerlo en otro lado, a nadie le interesa ver quién se lo va coger.

—Nanon —dice poniendo una mano en mi hombro— apenas estaban hablando.

Me quito molesto de su toque y salgo rápido sintiendo la mirada de todos sobre mí.

Tengo ganas de llorar.

El estar en mi moto durante el camino me ayuda, pero no parece suficiente.

No quiero darle la razón a Chimon, pero empiezo a aceptar para mí mismo que fue personal, aunque no entiendo el por qué.

Lo único que quiero es meterme a la cama e intentar hacer que la vergüenza desaparezca.

—Nanon —dice mi papá desde la cocina y cierro los ojos con rabia.

De todos los días en que puede estar despierto tuvo que escoger este.

—¿Papá?

—Ve a comprar estas pastillas, no noté que se habían acabado y las necesito para la mañana.

—Voy al rato, quiero tomar una ducha.

—Ve ahora, te puedes duchar después.

Respiro profundo intentando mantener la calma y aprieto el puño.

—Las necesitas para mañana, estarán acá antes que termine el día.

—¿Acaso no puedes hacer nada por mí?

—¡Iré por las putas pastillas en un momento! ¡Es lo único que necesito: un momento!

—No me grites, Nanon, soy tu padre —me dice apoyándose en la barra y sé lo que se viene.

No necesito sus estúpidas charlas, yo sé que se va a morir y que cuando ya no esté me hará falta, pero no es mi culpa, y siempre que empieza con el tema su intención es hacerme sentir mal.

—El día en que ya no esté te darás cuenta —indica finalizando luego de algunos minutos en los que estuve bloqueado sin escucharlo.

Lo veo toser caminando al lavadero.

Cuando prende la llave me doy la vuelta y subo las escaleras para ir a encerrarme a mi habitación.

Sé que se va morir y quiero ayudar, pero a veces estoy tan cansado.

Apenas cierro la puerta siento como los ojos me pican y me agacho hasta el suelo tratando de relajarme, pero es imposible y todo en mi interior explota.

Al inicio son solo pequeñas lágrimas, pero luego empiezo a golpear el piso, mientras mi llanto crece.

Ni siquiera sé cuánto tiempo pasa, pero me detengo solo porque ya no puedo respirar bien y cuando levanto la cabeza, noto que está en la ventana mirándome.

Ohm.

Podría burlarse de mí porque solo un corto tiempo atrás usé la misma situación para humillarlo, pero contrario a eso solo veo algo en sus ojos.

Él comprende.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora