30: OHM

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Lo más complicado para mí es mantener el recuerdo del espacio y el tiempo, por eso cada vez que despierto no tengo idea de que día es, o que hora, o dónde estoy.

Pero Nanon siempre está a mi lado para decírmelo.

Apenas abro los ojos lo veo, y no voy a negar que algunas veces he tardado un par de segundos en entender por qué está ahí, pero al alejarme y ver cómo su mano se estira buscándome, lo recuerdo.

Duerme con su anillo, uno igual al que siempre veo en mi dedo.

Así que vuelvo a abrazarlo y deja de moverse al sentir mi cuerpo.

Hoy no parece un día malo porque he tenido peores, pero no recuerdo cuanto tiempo ha pasado desde que lo conocí, no recuerdo cuanto tiempo estamos juntos y me cuesta recordar lo que cenamos la noche anterior, pero sé que lo amo.

—Buenos días —susurro cuando abre los ojos por unos segundos y los vuelve a cerrar, soltando un suspiro.

—Buenos días, amor.

—¿Es mi habitación? —le pregunto después de dudarlo, no es algo que quisiera decirle, pero me siento confundido porque no parece que lo sea.

—No, es la mía —responde dejando un beso en mi cuello y me siento aliviado, no quiero olvidar como es mi habitación aún.

—¿Hace mucho dormimos acá?

—Como dos semanas, y fue tu idea, dijiste que querías que tengamos un poco más de libertad para hacer el ruido que queramos, sobre todo en las noches —dice bostezando un poco y se sostiene en una mano para dejar un corto beso en mis labios antes de levantarse.

Ahora lo recuerdo.

—Fue una buena idea —susurro al ver que solo tiene una camiseta puesta y agarro su cintura para devolverlo a la cama.

—Tienes que desayunar, Ohm, le prometí a tu mamá que seríamos responsables con tu alimentación, así que prepararé algo.

Me cuesta un poco traer a mi mente la imagen de mi mamá, recuerdo su voz, y el aroma del perfume que ella usa, pero los rostros tampoco son fáciles para mí ahora.

—Está bien —digo de mala gana.

—Es tu camiseta —me recuerda estirando su mano hacia mí para que me levante— mi favorita.

Le sonrío asintiendo y me pregunto si es algo que me ha dicho antes.

—¿Por qué debo salir de la cama también?

—Porque siempre hacemos esto juntos.

Camina hasta el baño sin soltarme y empiezo a traer algunos recuerdos a mi mente, al ver el vaso con nuestros cepillos.

Agarra el que supongo que es suyo, y hago lo mismo con el que sobra.

—Soñé con ardillas —dice echando crema dental en su cepillo y hace lo mismo por mí— ¿Qué se supone que significa?

—Te gustan las ardillas —respondo empezando a cepillar mis dientes y cuando volteo, él me está mirando con una sonrisa.

—Sí, me gustan, así que debe ser bueno.

Está orgulloso de mí, puedo verlo por la manera en que me mira.

—¿Qué voy a cocinar para el almuerzo? —pregunto luego de botar el agua de mi boca y él se estira dejando todo otra vez en el vaso.

—Quiero aprender, ¿puedo estar en la cocina hoy?

—Está bien —respondo caminando hacia afuera y al sostenerme en la pared por un segundo, veo mis uñas.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora