Homofóbico || Ohmnanon

Final: Nanon.

Creo que nadie es capaz de imaginar la pesadilla en la que vivo, desde que Ohm murió.

Antes de él, le temía a los cambios, a las cortinas, a las alturas, a los espacios cerrados, a ser rechazado, incluso a ser yo, pero después, reemplacé todo eso por un solo miedo, el perderlo.

Ahora, tengo que aguantar eso cada día.

—¿Quieres comer algo más, cariño? —me pregunta desde la puerta y niego con la cabeza.

Ella agarra el plato de la mesa que no he tocado y sale sin decirme nada más.

Aún odio el cliché del chico malo que cambia porque se enamora de la chica buena, pero me gusta saber que yo tuve un chico bueno que me ayudó a encontrarme con el chico bueno que siempre fui.

He pasado la última semana metido en su habitación y no hay forma de que me saquen de aquí.

Su mamá siempre está tratando de animarme, pero no lo entiende.

Nada tiene sentido cuando estás vacío y yo lo estoy de nuevo, porque él no está, y creo que nunca serán capaces de entenderlo.

—Iré a hacer las compras de la semana, ¿quieres  algo en especial?

—Sí, gracias —respondo girando hacia la puerta— agua, por favor.

—Está bien, cariño.

Veo a la ventana cuando se va y siento como mi respiración se irregulariza.

Tengo periodos de llanto fuerte cada cierto tiempo, y es algo incontrolable.

Volvieron de nuevo, esos momentos en los que siento que me estoy cayendo y me asusta estar solo con eso.

Doy vueltas en la cama tratando de calmarme, pero es imposible así que me levanto y voy hasta su escritorio.

Sé que no debería, pero me gusta leer su cuaderno, cuando me siento solo.

Es sobre mí, y me ayuda a conocerme.

Pienso que Ohm sabía más de mí que yo mismo.

"Cuando despierto antes que Nanon y salgo de la cama, me busca, aunque esté dormido. Siempre estira la mano y sus dedos se mueven tratando de encontrarme."

Mi pecho se oprime al recordar la desesperación que siento cuando no lo encuentro en las mañanas.

No importa cuanto intente aceptar la realidad, cada vez que despierto, vuelvo a buscarlo y el dolor no disminuye aunque pasen los días.

Pienso a veces en la última vez que hablamos y aunque no estuve en su mente, sé que fui lo último en lo que pensó.

—No me olvidaste, amor, estoy orgulloso de ti —susurro luego de respirar profundo leyendo la línea que escribió en una de las últimas páginas.

Veo mis uñas unos segundos y aunque trato de distraerme pintándolas, no es suficiente.

Hay algo que ya he aceptado y es que yo no voy a poder vivir de esta manera.

No habrá forma en que supere la falta que me hace Ohm.

No se me permite salir de la casa solo, así que supongo que es un buen momento para hacerlo.

Camino a la parte trasera del jardín y subo a mi moto.

Manejo primero lento por las calles hasta que decido entrar a la autopista, y aumento la velocidad con la rabia de todo el dolor que tengo contenido.

Al ir cada vez más rápido, mis músculos empiezan a relajarse.

Siempre lo he dicho, cuando me toque morir quiero que sea así.

En mi moto.

🌻

Fin.

Esta historia tiene un E X T R A que puedes leer en OUR SKYY, un libro que encontrarás en mi perfil. 🩷🌻