29: NANON ♡

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El tiempo es relativo y sé que eventualmente nos hubiéramos casado, pero yo quiero que sea mientras Ohm esté totalmente consciente de eso, y sí, sé que es una locura.

Pero lo necesito.

Tal vez una razón es sentirme seguro de él, y de que lo que tenemos no se va romper, y quiero que él también lo sepa.

Al recordar sus palabras entendí que Ohm siempre estuvo resignado a nunca vivir las cosas que siempre quiso, y yo no dejaré que sea así.

—Sube —digo montándome a mi moto y él niega con la cabeza— ¿Qué?

—Nunca he subido a una.

Lo sé, me lo ha dicho antes, pero no necesito recordárselo.

—Bueno, yo nunca he dejado que alguien se suba, así que compartimos esta primera vez.

—Nanon, no.

—Te vas a sostener de mí, prometo ir despacio.

Aunque se ve inseguro, me obedece, pisando donde le señalo con cuidado.

—¿Ves que no te estás cayendo? —le pregunto cuando ya está arriba.

—Porque me sostienes —susurra agarrando mi cintura y suspiro.

Él me sostiene a mí.

Es el único que pudo hacerlo después de pasar años cayendo.

Ohm se apoya en mi espalda durante el camino y manejar solo, deja de ser lo que más disfruto.

Tenemos que ir al centro, antes de salir a donde quiero que vayamos, porque hay que escoger los anillos.

Estoy muy ansioso por eso.

Siento que cuando el mío esté en mi mano, saldré a las calles solo para presumirlo.

Al llegar vuelve a hacer su berrinche por bajar y creo que es tierno, frunce el ceño mirándome con los ojos entrecerrados y yo solo puedo preguntarme si existe un límite para amar a alguien, porque cada vez que lo veo, con cada pequeña cosa nueva que hace, con cada mueca que recién descubro, todo, absolutamente todo de él, logra hacerme sentir aún más enamorado.

Bajo a su lado y agarro su mano antes de entrar en el centro comercial.

—No tienes que hacerlo —dice bajando la voz y lo miro apretando más el agarre.

—Sé que tal vez hubiera necesitado más tiempo para esto, pero teniendo en cuenta todo lo demás, no le veo sentido, tú eres mi novio y estoy orgulloso de eso.

No quiero ser el idiota que lo oculta, sabiendo que después no voy a poder hacer esto con él.

La chica que atiende en la joyería es amable al mostrarme absolutamente todo, y logro encontrar dos que son justo lo que quiero.

Aún creo que las bodas son tontas, pero me veo incluso más emocionado que Ohm porque siempre he amado escoger accesorios y no hay anillos más importantes que los que usaremos siempre a partir de hoy.

Salimos otra vez al estacionamiento por la moto y parece tener más confianza al subir.

Me gusta que así sea, porque tengo planeado salir a pasear con él seguido.

Estoy a punto de colocarme el casco cuando veo a Chimon acercarse por la vereda, y parece tan sorprendido como yo de verlo.

—Nunca subí a tu moto —dice a modo de burla— ¿Te lo estás cogiendo y a cambio se lo permites?

Ohm acaricia mi espalda y sé que trata de decirme que no debo responder, pero me molesta tanto que él crea que puede hablarme de esa manera.

—Nanon —insiste aun riendo— ¿Ahora te gusta cogerte a los maricas?

No debería decir nada, quizás es mejor callarme y dejar que la gente estúpida siga siéndolo.

—A Ohm le gusta cogerme también, pero no es tu problema que yo sea gay, y no soy menos gay porque la meta o más gay porque me la metan a mí, simplemente soy gay, él es mi novio y me encanta que me folle.

Me coloco el casco enojado y manejo en silencio las siguientes cuadras.

—Jamás había ha visto a alguien hablar tan claro sobre lo que hace con su novio —dice de la nada riendo y giro hacia él.

—En mi defensa, Chimon es muy imbécil y estoy molesto por su actitud.

—Yo estoy orgulloso de ti —responde abrazándome y se apoya de nuevo en mi espalda.

Es extraño, pero yo también estoy orgulloso de mí, y eso no ha pasado antes.

Es una sensación nueva.

En unos minutos más, llegamos al estanque que conozco en un parque fuera de la ciudad y me estiro al bajar.

—Venía de niño con mamá y papá, los fines de semana, y nunca había vuelto desde que ella murió.

—Me gusta —dice agarrando mi cintura y me pega a su cuerpo— ¿tienes bonitos recuerdos de este lugar?

—Sí, solo bonitos, por eso me gusta también.

Me siento muy seguro cuando estamos así, solo los dos sin hacer mucho, y quiero que él sienta lo mismo.

Quiero que Ohm no le tenga miedo a nada cuando estoy a su lado, porque yo no le temo a nada cuando estoy con él.

Saco el papel en el que escribí de mi bolsillo y lo abro lento, separándome un poco para girar a verlo.

—¿Quieres que lea lo que escribí? —le pregunto tímido.

—¿Tendré que darte el anillo si lo haces?

—Sí, y eso es lo único que quiero, así que seré rápido.

Se ríe porque sé que ya ha notado lo mucho que quiero tenerlo en mi mano.

—Está bien, Non, escucharé.

Aclaro mi garganta, aún nervioso, y siento mis manos temblando porque nunca ha sido sencillo para mí ser abierto con mis sentimientos.

—No tengo idea de qué es un voto matrimonial, pero entre a Google y se supone que debo hacerte promesas y decir por qué te escogí para esto.

Paro mis palabras al oír su risa y golpeo su hombro para que me deje continuar.

— Te mencioné que no me gustan las promesas y soy una persona que no acostumbra hacerlas porque odio romper mi palabra, sin embargo, quiero los anillos para que cada vez que mires el tuyo en tu dedo, sepas que no estás solo, no importa si no recuerdas qué significa, y no importa si no recuerdas este momento, incluso no importa si no me recuerdas a mí, solo necesito que lo veas y tengas la certeza de que alguien está contigo, porque prometo que no voy a dejarte, todos los días por el resto de tu vida estaré a tu lado cuando despiertes, seré tus manos, seré tus pies, seré tu mente, seré todo lo que necesites, y sin importar que tan difíciles se pongan las cosas, estaré contigo, incluso cuando no quieras que esté ahí.

Me detengo un momento y lo miro, está llorando y quiero abrazarlo, pero sé que si lo hago no podré terminar.

—Me has dicho que el amor se produce en el cerebro y como tú, también me gustaría que saliera del corazón, pero voy a entenderte y si por algún motivo dejas de sentir lo que sientes ahora por mí, voy a amarte por los dos.

Ohm me acerca a su cuerpo y me besa, al inicio creo que sus lágrimas están mojándome, pero me doy cuenta después, de que en realidad son mías.

Agarra mi mano suavemente y veo que saca el anillo para ponérmelo.

Ya no quiero seguir haciendo esto, porque no creo estar listo para escucharlo a él.

—Me gustaría hacerte muchas promesas, pero no estaría bien porque probablemente voy a olvidarlas —empieza a decir y ya siento como mi corazón se estruja— por eso escogí solamente una, y tampoco sé si podré cumplirla, pero prometo que lo intentaré, porque sé que olvidaré mi infancia, olvidaré como agarrar un tenedor, incluso quizás olvide quién soy yo, pero voy a recordarte a ti, y no sé cuánto me cueste hacerlo, pero te prometo que el último pensamiento que tenga en esta vida, serás tú.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora