06: OHM

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En la noche mientras cocino la cena para mamá, pienso en Nanon.

Creo que es desagradable, malcriado e inmaduro, pero no puedo sentir rechazo por él y no entiendo el por qué.

De acuerdo, creo que si lo entiendo, pero no quiero aceptarlo.

Es un idiota, es todo, nada más.

—Mierda —susurro al darme cuenta de que estuve dando vueltas en la cocina sin ubicar el refrigerador.

Suelo desorientarme, pero empieza a ser muy ridículo todo mientras más pasa el tiempo, y sé que no tardaré mucho antes de empezar a frustrarme con toda la situación.

La alarma de mi celular me recuerda la hora y voy a la mesa del centro para abrir el segundo cajón y sacar mis pastillas.

Me enfoco de nuevo en ser positivo y las ordeno para tomarlas.

Después de dejar el pollo en el horno, subo las escaleras y al entrar en mi cuarto, lo veo apoyado en su baranda, así que me acerco a la mía.

—No vuelvo a mencionar tu mariconería de llorar por las tardes si olvidas lo que viste —me dice apenas nota mi presencia.

Él es tan ridículo que ni siquiera puedo molestarme por la tontería que acaba de decir.

—Básicamente hiciste lo mismo hoy, ¿seguro que quieres seguir llamándolo "mariconería"?

—No es lo mismo, yo soy bien hombre.

—También soy hombre —respondo tranquilo levantando una ceja— puedo bajarme los pantalones y mostrártelo.

Disfruto con intensidad cada siguiente segundo al ver cómo se sonroja, y me es inevitable sonreír.

Esa es la razón por la que no puedo rechazarlo, debería estar prohibido que un idiota como él pueda ser tan bonito.

No soy un chico que piensa eso de cualquier persona, y no sé porqué tiene que pasarme con Nanon.

—Eres asqueroso —dice desviando la mirada— ¿Pero hacemos el trato?

—Claro, ahora regresa y no cierres la cortina, es toda una odisea verte cuando intentas abrirla cada mañana.

Bueno, es una gran forma de decirle que estoy observándolo todo el tiempo.

—Eso es acoso —indica acusándome con un dedo— además dijiste que lo olvidarías.

—Olvidas mi mariconería de llorar por las tardes a cambio de que yo olvide tu heterosexual berrinche en el piso, ese es el trato. El ridículo miedo a las cortinas no es parte del acuerdo.

—No es ridículo —susurra bajando la mirada y puedo notar que sus ojos empiezan a cristalizarse.

Me siento un poco mal y no puedo evitarlo, porque no importa cómo me traten las personas, a mí no me gusta hacerles daño.

—Oye, no voy a decirlo —le aclaro luego de suspirar— pero guardaré la información solo por si llego a necesitarla después, tal vez podrías dejar de ser tan idiota en la universidad a cambio del favor que te hago al callarlo.

—¿Por qué no puedes solo olvidarlo? ¡Realmente me afecta!

—Escucha esto, fuiste malo conmigo muchas veces, no te haré el favor de olvidarlo, de hecho, te prometo ahora que lo recordaré hasta el último día de mi vida solo para hacerte enojar más.

Me mira molesto y da la vuelta cerrando la ventana para luego jalar la cortina con rabia, sé que va a arrepentirse, porque realmente sufre cuando tiene que abrirla.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora