13: NANON

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Yo sé que soy muy idiota.

Los motivos son tantos que solo voy a reducirlo a eso y lavar los platos antes de que Ohm regrese.

Cuando volteo al acabar, Helado me está mirando mal desde su cama, o es lo que siento.

Está juzgándome.

Suspiro apoyándome en barra y mis ojos van hasta el cajón de las medicinas de Ohm.

No es que me importe, pero tengo curiosidad así que saco solo uno de los frascos y pongo el nombre en el buscador de mi celular.

Es un potenciador cognitivo.

Se supone que lo usa para estimular el cerebro.

Vaya, eso debería ser considerado trampa, seguro por esto es que se sabe todas las respuestas siempre.

Voy a agarrar otro frasco pero la puerta principal se abre, es Ohm y sube las escaleras rápido con el celular en la mano, eso me tranquiliza hasta que veo que no ha llegado solo.

Su amigo ese, Tay, otra vez.

—No me mires así, que yo soy el que debería estar enojado —dice acercándose.

—¿Tú?

—Escucha bien, porque será la única vez que te lo repita, no soy gay, no tienes que sentirte amenazado.

—¿Qué? ¿Por qué me importaría?

—Porque tú si lo eres, y no me mientas, entiendo que tienes mucha violencia contenida, y supongo que no poder salir del clóset lo empeora.

—No soy gay —respondo totalmente intimidado.

—De todos modos, no quiero hablarte de eso, tuve que salir de mis clases de inglés por tu culpa, no puedes dejar que salga solo, ¿acaso no te diste el tiempo de leer al menos la primera página de Wikipedia?

—¿Q-Qué?

—Solo evita que vuelva a pasar, porque no siempre las cosas van a salir bien, además le hace daño a su autoestima tener que pedir ayuda cuando se pierde.

—No entiendo —susurro confundido.

Ohm baja las escaleras y nos mira intrigado, así que el imbécil camina hasta él y le sonríe.

Esa mierda, me sigue molestando, no me importa si es gay o no.

—¿Te tienes que ir, Tay?

—Sí, pero voy a llamarte un día de estos para ver si quieres ir a dar una vuelta conmigo.

—Está bien —responde acompañándolo hasta la puerta.

Esa ha sido una visita corta, pero siento que estoy perdiéndome de algo.

Sin embargo, espero que no vuelva más.

Ohm me mira desde su lugar y parece dudar en hablarme, pero yo sé lo que debo decir.

—Oye, lo siento.

Él asiente lentamente y yo supongo que trata de decirme que no quiere hablar sobre eso.

—Mi mamá ubicó a tu tía, con la que vivías antes de venir a la ciudad, y ella quiere hablar contigo con respecto a... todo lo que se debe hacer.

—No quiero hablar con ella —respondo rápido acercándome a él— tampoco quiero saber qué pasará con papá, no me siento listo para actuar como un adulto.

—Pero tienes que hacerlo —dice caminando hasta el sillón central— y vas a poder con eso, aunque no lo creas ahora.

—¿Vas a ayudarme?

—¿Quieres mi ayuda? —me pregunta mirándome a los ojos y asiento.

—A menos que eso le moleste a tu novio.

No puedo evitar decirlo. Las palabras salen sin control de mi boca.

Escuché lo que Tay dijo, pero necesito que lo diga Ohm para estar más tranquilo.

—¿Quieres que te diga que no tengo novio?

—Era solo un comentario.

—No, no lo era —dice levantándose y se acerca a mí analizándome con la mirada— tú quieres que lo diga.

—No es cierto —respondo bajando la mirada y su mano agarra mi mejilla para levantar mi rostro.

—No tengo novio —niega con una ligera sonrisa casi imperceptible.

—No me importa —digo alejándome y mi rostro arde de vergüenza.

—Sí, si te importa —escucho que dice volviendo a sentarse y quiero llorar porque tiene razón.

Odio aceptarlo, pero tiene razón.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora