07: NANON

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Creo que siempre he estado triste.

A veces me siento para pensar y regreso a la misma conclusión de que jamás en mi vida he sido feliz.

Es como si tuviera en el cuerpo algo asfixiante, todo el tiempo.

Me hacen falta tantas cosas para lograr estar bien que ya he perdido la esperanza de encontrarle una solución.

—Es tiempo de mis problemas existenciales, vete —dice desde su ventana.

Levanto la mirada rápidamente y veo a Ohm  frente a mí, también sentado en su balcón.

Es que los arquitectos tienen el talento en el culo para haber diseñado dos casas vecinas de esta manera.

—Es mi espacio, vete tú.

—Boo, dice mi cortina, adiós, Nanon.

Giro los ojos y me pego a mi balcón mirando al cielo.

Las estrellas son bonitas.

Hay mucha mierda filosófica que pasa por mi mente cuando me siento acá a verlas por las noches.

—¿Vivías ahí antes? —pregunta casi en un susurro.

—No.

Su rostro cambia y sé que está algo decepcionado.

Me detesto por notar cada detalle de lo que hace todos los malditos días y no poder evitar conocerlo más de lo que debería.

—Me refiero a mucho antes, de niño, ¿viviste ahí?

Claro que sí, pero ese no es su problema.

—Jamás.

—Oh —dice pasando los dedos por su cabeza— es que...

—¿Es qué?

—Tengo una memoria mala —responde cubriendo sus ojos y en verdad parece estar haciendo un esfuerzo por recordar algo.

—¿Estás bien? —le pregunto ya inquieto.

—C-Creí que podía ser un recuerdo, pero quizás estoy confundido.

—No importa —aclaro alzando los hombros— ¿A quién le importa algo que pasó hace tiempo?

—Los recuerdos son importantes para mí —dice mirándome a los ojos a través de los pilares de la baranda.

Sé cómo se siente, porque así me siento cuando veo que nadie más toma en serio mis miedos ridículos.

—Viví acá cuando era un niño —digo levantándome.

—Yo vivía acá —me cuenta emocionado y está sonriendo.

Sus ojos brillan y lo puedo notar fácilmente por la luz de la luna.

—Da igual, Ohm.

Veo que juega con sus dedos en el descanso del balcón y suspira, al parecer avergonzado por su reacción.

—Debo verme muy estúpido, nosotros no somos amigos.

—Y no lo sueñes porque jamás sería amigo de un marica, tal vez y se me pega lo desviado.

Veo que retrocede ya sin mirarme y cierra la ventana que da a su habitación.

—Gracias por decirme, Nanon, eres un idiota, pero significa mucho para mí saber que he recordado algo.

Maldito enfermo raro.

Me siento culpable por su culpa.

Quiero romper todo porque sé que he provocado algo negativo en él, y aunque no parezca no soy la clase de hijo de puta que va por la vida tratando de hacer sentir mal a las personas sin ningún motivo.

—Perdón —digo levantando la mirada, pero ya no está.

Ya ha pasado varias noches, el cruzarnos ahí, pero jamás hablamos, y ahora que se animó a decirme algo, lo jodí.

Esa debe ser la razón por la que nadie me quiere de verdad.

Ni mamá, ni papá, ni amigos reales, ni chicas que quieran conocer mi horrible interior.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora