Homofóbico || Ohmnanon

26: OHM

Tay estaría molesto si supiera todos los lugares de su casa que hemos usado para tener sexo.

Nunca lo sabrá.

De verdad quisiera alargar los días acá, pero sé que tenemos que regresar.

Es nuestra última noche y sonrío mirando el atardecer cuando salgo de la casa, y pienso en si tal vez nunca más vea esto en mi vida.

Quizás esta sea la última vez que vengo a la playa.

Nanon aún está armando su castillo de arena y levanta la mirada al notar que he salido a avisarle que la cena está lista.

Se levanta sonriendo y corre hacia mí.

Mientras más cerca está, lo veo aumentar la velocidad y en los escalones toma impulso, para saltar sobre mi cuerpo.

Me apoyo en la pared, agarrando sus piernas para que no se me caiga.

—¿Acabaste?

—Casi —responde resoplando— ayúdame después de comer.

—Está bien —susurro rozando nuestras narices— pero te advierto que no soy bueno armando cosas con la arena.

—No tienes que ser bueno, solo tienes que estar conmigo y eso lo hace divertido.

Veo sus ojos brillantes antes de abrazarme con fuerza y sonrío porque sé que está feliz.

—¿Qué preparaste? —pregunta apoyando su cabeza en mi hombro.

—Pizza.

—¿Y eres bueno para hacer pizza?

—Esta noche vas a ser el juez —le aviso cargándolo hasta adentro y lo siento en la barra de la cocina para que vea la mesa en el comedor— he preparado varios tipos, pero primero tenemos que limpiarte la arena.

Él se ríe cuando beso sus piernas y estira los pies tratando de empujarme.

—Si me llevas a la ducha, no vamos a salir de ahí en mucho tiempo, y esto va a enfriarse.

—Yo sé —indico jalándolo con cuidado al lavadero de la cocina y prendo el agua para limpiarlo.

—Tay va a matarte cuando sepa que he metido los pies acá.

—Creo que le molestaría más enterarse de los otros lugares que hemos ensuciado.

—Es cierto —dice riendo mientras froto sus tobillos— de todos modos no importa, porque nadie va a decirle nada.

Asiento terminando de lavar entre sus dedos y le alcanzo la toalla, para bajarlo al suelo.

—Después del castillo de arena, voy a bañarte —le digo besando su mejilla y él saca la lengua.

—No tienes que hacer todo por mí.

—Non, espero que no te moleste —le digo ya más serio y él me presta atención— de verdad quiero hacer todo por ti, ahora que puedo, es algo que disfruto.

Él asiente sentándose en el comedor y sé que no lo ha entendido por completo.

—Esta es una clásica —empiezo a explicarle para cambiar de tema, mostrándole las tajadas de pizza— este de tocino, este de jamón con…

—Ohm —dice interrumpiéndome.

—¿Sí?

—¿Por qué tienes que ser tan perfecto? —pregunta haciendo un puchero.

Me arrodillo en la alfombra a su lado y agarro sus manos porque su voz parece quebrada.

—No me molesta que hagas estas cosas por mí —dice acariciándome con uno de sus dedos— simplemente a veces me harto de que tengas a mi corazón golpeándome el pecho todo el tiempo por estar tan enamorado de ti.

—¿Es muy malo estar enamorado de mí?

—No, claro que no, pero debo confesar que estoy asustado porque sé cómo el mundo piensa y mañana al regresar, voy a sentirme inseguro y homosexual.

Guardo silencio unos segundos para esperar a que esté listo para continuar hablando.

—Pero no voy a ocultarlo, no estoy dispuesto a actuar como si no estuviéramos juntos, porque eres lo mejor que me ha pasado.

Me acerco a su boca y lo beso suavemente.

No tengo algo para decirle, sé que está asustado y quiero que sepa que voy a estar con él.

Yo entiendo lo estúpido que fue prometerle algo que quizás no pueda cumplir, pero voy a intentarlo, incluso cuando la medicina dice que no es posible, me siento capaz de hacerlo por Nanon.

Quiero luchar por mantener mi vida el mayor tiempo que pueda.

Quiero dormir a su lado y que al despertar sea él lo primero que vea.

Escucharlo cantar cuando está aburrido, tener largas charlas con él hasta quedarnos dormidos, dar paseos por las noches y cocinar juntos.

Quiero estar con Nanon el tiempo que me quede y tengo la certeza de que no voy a cansarme, aunque él piense que sí.

No estoy enamorado solo de su lado bueno, y no espero que me dé algo a cambio, porque lo que siento por él no está condicionado.