24: OHM

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Llevo algunos minutos intentando escribir, pero es difícil y sé lo que significa.

Apraxia.

Sé que esto está empeorando y tengo miedo, pero no porque vaya a ser incapaz de hacer las actividades que quiero, sino porque me asusta empezar a olvidar más rápido.

“Cuando despierto antes que Nanon y salgo de la cama, me busca, aunque esté dormido. Siempre estira la mano y sus dedos se mueven tratando de encontrarme.”

Sonrío cuando por fin puedo terminar de escribirlo, aunque mi letra se vea deteriorada.

El viento de la mañana entra por la ventana que da a la sala, cuando voy a la cocina porque tengo la intención de prepararle el desayuno.

No estoy seguro de qué le gusta así que reviso mi cuaderno y le agradezco a mi yo del pasado, porque he incluido muchos detalles en mis notas.

Veo la pared en el fondo, mientras hago la mezcla para un Omelet y las cortinas cerca de la ventana se mueven lentamente.

"Te prometo ahora que lo recordaré hasta el último día de mi vida solo para hacerte enojar más."

—Lo recordaré —me repito y abro el cuaderno para anotarlo.

Hay algo curioso y es que al revisar las páginas veo que ya he mencionado a las cortinas antes, pero escribo una vez más.

“Nanon le teme a las cortinas.”

Cuando hago el café no necesito leer algo y estoy orgulloso de recordar exactamente como le gusta tomarlo.

Busco una bandeja en los estantes superiores, pero no encuentro nada, así que decido pedirle que se levante para comer.

Subo a la cama destapándolo y veo que intenta buscar algo para volver a cubrirse, pero agarro sus manos y lo detengo.

Podría quedarme solo mirándolo por el resto del día, y no sería capaz de cansarme.

—Llevo un rato esperando a que te despiertes —digo acostándome a su lado y me acerco para dejar un beso en su cuello— buenos días.

—Es temprano —responde ocultándose entre las almohadas.

—No lo es, ya te hice el desayuno —le aviso acariciando su cabeza.

Él levanta la carita un poco y me sonríe.

—Te gusta mucho, ¿verdad? —me pregunta sonriendo— esta clase de cosas domésticas.

—Mucho —respondo soltando un suspiro— siempre he querido una vida así, con una rutina tranquila, junto a la persona que amo.

—Como la gente que se casa y forma una familia —dice asintiendo— ¿no crees que eres muy joven para pensar en eso?

—Cuando era niño entendí que muchas veces queremos más las cosas que no podemos tener, y yo siempre quise casarme y envejecer con la persona de la que me iba a enamorar al crecer.

—Yo nunca pensé en casarme como algo importante.

—Pusiste esa cara —señalo riendo al ver la mueca que puso y ya conozco bien— eso significa que te parece tonto.

—Es tonto —dice apoyando su cabeza en mi hombro— te hablé de que siempre he pensado que las personas se cansan de todo con el tiempo, y creo que el matrimonio no hará que el amor dure más, sin embargo, ahora entiendo porque cuando las personas se enamoran hablan siempre del futuro.

—¿Por qué lo hacen?

—Porque es lo que sienten en ese momento, cuando te enamoras no crees que tendrá un final, e incluso si intentas ser realista, deseas que de verdad no se termine, porque eres feliz.

Le sonrío pegándolo más a mi cuerpo y beso su frente.

—¿Tú eres feliz?

—Sí —responde mirándome con los ojos brillantes— es tonto, pero es lo que me gustaría vivir contigo, porque cada vez que te veo, tú me haces querer incluirte en el resto de mi vida.

Me apoyo en la almohada cuando siento un dolor que presiona mi corazón.

Siempre he sabido que yo no puedo darme el lujo de ilusionarme con alguien y pensar en un futuro, así que siempre evité hacerlo.

Es injusto porque incluso si suena tonto, también quiero esto por el resto de mi vida cada vez que lo veo a él.

Quiero estar a su lado siempre, justo como ahora, sintiéndome como me siento ahora, pero no es posible y yo lo sé, pero Nanon no lo sabe.

Ya no puedo seguir evitando esa conversación.

Homofóbico || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora