Capítulo 63

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Después de unos días, Beatriz salió del hospital. Su embarazo fue riesgoso, por lo que tuvo que quedarse en cama. Armando estuvo cuidándola todo el tiempo. Como ella no podía ir a trabajar, Rosa le envió el trabajo por correo electrónico, lo hizo en el ordenador portátil que le había comprado Armando.

Armando también había advertido a Catalina sobre el estado de Betty. Michel era otro de los que intentaba apoyar a su amiga, en lo posible, ante la mirada celosa de Armando.

-Sé que me odias y no te quito la razón, tampoco eres el santo de mi devoción. Me enamoré de Betty y hasta creía que yo era lo mejor para ella.

-Ah y me dices eso en la cara?

-Tenía la intención de que algún día ella viera eso, que yo estaría a su lado y la amaría. –la carita de Armando és todo un poema de celoso. -Pero ella te eligió a ti, en lo único que pensaba en todo el tiempo que estuve aqui era en ti, y como sé que está esperando a tu hijo, no puedo pensar en otra cosa con ella. Deseo que seas feliz, que puedas hacerla feliz y que dejes de tener estas sospechas que te enferman. Ella te ama.

-Gracias, Michel.

A partir de ese día, Armando y Michel comenzaron a tratarse con respeto, ayudando a que Beatriz se sintiera mejor.

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     Catalina vino a visitarla y se alegró mucho al ver que su amiga estaba mejor y sana.

-Estoy bien cuidado por don Armando Ojo

- Entiendo.

-¿Y Rosa, cómo vas hacer?

-Estoy haciendo el trabajo aquí en el ordenador que me dio el doctor, pero creo que es mejor que doña Rosa proporcione a alguien más para hacer el trabajo, porque yo no podré más...

-Shiu, no te lo pienses, Betty.

-Necesitas a alguien para viajar.

-Vamos a pensar en ello más tarde.

-Si lo necesitas, Beatriz, a ver si te consigo una enfermera.

-Sí, sería importante.

-Puedes ayudarme, pero creo que puedo cuidar a my Betty.

-Pero Armando y como va a estar cuidando a Betty y la presidencia de Ecomoda?


Sobre esto, Armando llamó a Nicolás para que viniera de urgencia a Cartagena, llevándole unos documentos. El amigo estaba encantado con la noticia de que tendría una sobrina.

-Ojalá sea como tú, cabezón, porque Betty cuando era chiquita era bién feita.

Beatriz se veía seria y Armando estaba realmente furioso.

-Ahora, no te pongas nervioso, es solo una broma. La verdad es que Betty era muy bonita, pero ni don Hermes me lo dijo. Pero usted jefe (golpeándolo en la espalda) fuiste el primero en saberlo. –Sabiendo que pusiste la pata –¡Disculpáme, jefe!

-¡Para, antes de que me arrepienta! Quiero que tome este poder notarial y reconozca la empresa en la oficina de registro que está cerca de la empresa. Con él, nadie podrá impedir que haga lo que se supone que debo hacer.

-¡Pero jefe, aquí me está concediendo que asuma temporalmente la presidencia de Ecomoda!

-Sí. Sabemos que este tiempo que hemos estado trabajando he aprendido a conocerte y confiar en ti.

-Ay, don Armando. Soy para fiar. ¿Pero por qué yo? Se conocen otros ejecutivos como Gutiérrez, Mário Caldeirón y hasta Marcela Valencia.

-Sabemos que los dos primeros nunca estarían capacitados para cuidar la empresa. Y Marcela, se toma las cosas como algo personal y no podría tomar un puesto en la empresa, no es Licenciada en Administración.

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora