Capítulo 3 - Locura mia

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-¡NO HARÉ ESO CON BETTY, CALDEIRÓN! ¡NO TOMARÉ EMBELLECEDORES PARA BESARLA!

-¿Luego será seco?

- ¡LO DIGO EN SERIO! ¡NO BESARÉ A BETTY, NI BORRACHO NI SOBRIO! ¡DE NINGUNA MANERA!

(La escena cambia; los dos estan hablando en la mesa del bar)

-¡NO VOY A HACER ESO!

-¡VAYA! YA ESTAMOS AQUÍ! ¡YA HAS BEBIDO Y TIENES QUE HACER TU TRABAJO O NICOLÁS MORA NOS QUITA TODO! SI NO LO HACE, ¡ÉL VAY A HACER! ¡Y NO HABRÁ TANTA PENA! AHORA TOMA MÁS, ELLA YA REGRESARÁ.

Betty regresó del baño y se sentó junto a Armando.

-¡Por favor doctor, no beba más!

-Está estresado por los problemas, nos necessita!

Mário, entonces, inventó que necesitaba irse, pero que Betty se quedaría allí protegiendo y cuidando a su jefe, que la necesitaba, porque había mucha presión, de todos lados. Mário sabía que Beatriz no dejaría a Armando solo bebiendo allí.

-¡Está bien, lo cuido!

Desde que se quedó a solas con él, Beatriz trató de no beber más, de irse, pero lo único que consiguió fue dejar de beber para bailar con ella.

-¡No creo! –Armando con cara de sufrimiento, mientras baila y recibe los pisones en sus pies.

-¡No creo! –suspiró Betty con cara de enamorada

Una auténtica locura, "Loucura mia" como decía la canción del Trío Los Románticos, que los dos bailaron.

Estaba acostumbrada, desde que empezó a trabajar en Ecomoda, siempre salía con el cuartel y gracias a los consejos de Aura Maria estaba más relajada e incluso había logrado salir con algunos chicos, junto con Aura Maria, pero sabía que no sentí nada por ellos. Y no lo sentiría, porque su corazón ya estaba ocupado, pero mantendría la distancia, después de todo, su jefe era el sueño de casi todas las mujeres de Bogotá. Pero solo las más hermosas pasaron por su cama.

Betty, estaba viviendo un sueño, aunque había soñado bailar con él, nunca se imaginó hacerlo de verdad. Era él, su jefe con su inconfundible aroma. No su imaginación.

Peor que eso: después de brindar por ellos y pedirles que no hablaran de Ecomoda, sino de ellos y que tenia obsesión por ella, Armando la tomó por la barbilla y la besó en la boca. Estaba nervioso, no quería, pero la besó de mala gana.

"¿Qué? ¿Él me besó? No puede ser. ¡Eso ni siquiera está en mis sueños! ¡Debe ser un sueño! ¡Devuelve el beso, Betty! Es solo um sueño"

"¿Qué cree que está haciendo? ¿Me estás besando, Betty?

Se sentiran como se una descarga eléctrica los atravesó.

Betty, pensando que era imaginación y que debía estar besando a algún amigo borracho de Aura María, pretendiendo ser Don Armando, le devolvia el beso. Pero al oler el olor, se despertó de su trance, lo miró con uno de sus ojos.

-¡Es un sueño! Di que es un sueño.

-¡No! Es real. Soy yo, Armando!

Y Betty se desmayó, sorprendida y emocionada.

-¿Qué? ¡Despierta, Betty!

-¡Don Armando!

-Sí, Betty!

- Lo siento, doctor. Perdon!

- Betty, hay una explicación.

-No, doctor. ¡Nos vemos mañana!

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora