Capítulo 32 -En Cartagena, trás de Betty

458 36 1
                                    

Hacía mucho tiempo que Armando no había venido a Cartagena. Solía ​​venir mucho en su juventud, luego viajó más al extranjero y, en general, a Europa para visitar a su hermana en Suiza y otras ciudades europeas. Como ir a Estados Unidos o Australia. Entonces, como buen cachaco que era, no recordaba mucho del ambiente de Cartagena. Pronto, incluso con un traje ligero y una camisa blanca, sintió que el sudor le corría por la frente. Se quitó la chaqueta.


También en Cartagena, Betty está deprimida y quiere irse a casa.

-¡Disculpe, doña Catalina! ¡Perdóname!

-¡Está bien, Betty! ¡Solo esperaba más, mucho más de ti! Esperaba que quisieras ser para mí lo que eres para Ecomoda. Sé que es un mundo diferente, como el de Ecomoda, pero siempre fue buena en todo lo que haces y esperaba esto. ¡Pero no hay problema! Llamaré a la agencia y pediré otra asistente.

Betty pensó mejor:

Betty salió de allí, sabía que estaba decepcionando a Catalina. No quería eso, después de todo, la señõra le había dado una oportunidad, había confiado en ella. Pero su tristeza era tan grande que pensó que solo su familia podría aliviarla.

-¿Para qué, para qué Betty? ¿Volver al mismo que se fue? O peor aún, triste y todavía sin trabajo. Escuchar a tu padre decir que nada ayudó a tus estudios. ¡No! ¡No es hora de volver a Bogotá!

-¡Doña Catalina! ¡Doña Catalina! ¡Yo me quedo!

-Un momento, tengo que solucionar algo y vuelvo enseguida. - dijo Catalina al teléfono - ¡No, Betty! No siempre puedo lidiar con tu inconstancia y tu indecisión.

-Perdóneme, doña Catalina. ¡A partir de hoy, no más! ¡Dame solo una oportunidad, doña Catalina!

De esa manera Betty logra convencer a Catalina de que quiere quedarse. Aunque está triste, pues Armando no ha venido trás de ella como prometió, pero cree que es hora de superarlo.

______

Mientras tanto, Armando llega al hotel Corália, recibe las llaves de su habitación. Su habitación ès una de las más sencillas del hotel, pero lo importante es que encontró un lugar para quedarse y en un hotel que conocía, donde solía alojarse cuando venia conla familia o con Mário en la juventud. Donde supuso que estaba, la mujer que amaba.

Tan pronto como llegó, Armando dejó sus cosas en su habitación y bajó a comer algo.

Armando estaba feliz. Si su esposa estuviera aquí, la encontraría. Ni siquiera si tuviera que recorrer toda la ciudad.

Entonces Armando comenzó a caminar por la playa, buscando a Betty.

-¿Por qué, por qué Betty?

Apenas había logrado entrar en muchos lugares, porque todos estaban abarrotados, más de lo habitual por ser un pueblo turístico.

-Por supuesto, el Reino Nacional. Érase una vez, ¡esto habría sido el paraíso!

-¡Armando! ¡Me gusta verte!

-¡Ahora es el infierno! ¡Qué cruz! - puso los ojos en blanco

-¡Mi amor! -Ella intenta darle un beso, pero él se aleja.

-¿Por qué me tratas así? ¡Escuché que no te casaste con Marcela!

-¡No, no me casé y no me casaré!

-¡Cásate conmigo entonces!

Hace una mueca de disgusto.

-Mira, estoy ocupado, ¿si?

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora