Capítulo 19 La oficina de Olarte

394 28 0
                                    

    Aquel día, Beatriz se había pasado la noche pensando en Don Armando. No sabía qué más hacer para resistirle y trabajar prácticamente en su habitación, escuchar su voz, sus pasos por la habitación y oler su loción no ayudó en absoluto. Peor aún porque le resultaba demasiado fácil entrar en su habitación con cualquier pretexto para acercarse a ella con sus coqueteos y besos robados. Tenía miedo de no resistirle. A pesar de haber leído la carta y querer odiarlo, lo cierto es que su corazón seguía latiendo por él, justo cuando su cuerpo temblaba solo al sentir su cercanía. Necesitaba alejarse de él. Pero todavía no podía dejar Ecomoda. Necesitaba encontrar otro lugar para trabajar y mantener a su familia.

-Ya se lo que hacer!  -dijó.

Aquel día, Beatriz se había pasado la noche pensando en Don Armando. No sabía qué más hacer para resistirle y trabajar prácticamente en su habitación, escuchar su voz, sus pasos por la habitación y oler su loción no ayudó en absoluto. Peor aún porque le resultaba demasiado fácil entrar en su habitación con cualquier pretexto para acercarse a ella con sus coqueteos y besos robados. Tenía miedo de no resistirle. A pesar de haber leído la carta y querer odiarlo, lo cierto es que su corazón seguía latiendo por él, justo cuando su cuerpo temblaba solo al sentir su cercanía. Necesitaba alejarse de él. Pero todavía no podía dejar Ecomoda. Necesitaba encontrar otro lugar para trabajar y mantener a su familia.

-Ya se.

-Don Armando, quiero hablar contigo.

-Dime, Beatriz, soy todo oídos.

"¿Recuerdas que me ofreciste el taller que fue del Dr. Olarte?

-Si claro.

-Entonces, me pregunto si todavía está vacío.

-Bueno, sí, está vacío. ¿Por qué?

-Excelente. Entonces, creo que no tendré ningún problema en mudarme allí.

-¿Mudarte allí? ¿Pero por qué quieres mudarte ahí?

-Bueno, me lo ofreciste, ¿no?

-Sí, pero. Fue otra situación.

-¿Qué otra situación? Que yo sepa, cuando me ofreciste, yo era su asistente y trabajaba como secretaria y también como vicepresidente de finanzas, como ahora.

-Sí, pero.

-Cual es la diferencia

-¿Por qué me preguntas por la habitación, Beatriz?

-Si está vacío, creo que no hay objeción a que lo ocupe.

-Y-tú, pero ¿por qué, Beatriz? ¿Por qué, ahora? Hasta donde yo sé, nunca quise ir allí, porque te dije que te extrañaría y tú dijiste que también me extrañarías.

-Sí, pero.

-¿Por qué? ¿Por qué quieres alejarte de mí? -preguntó, acariciando su rostro.

-Porque es mejor para nosotros. Es mejor que no nos juntemos.

-¿De qué estás hablando, Beatriz? ¿No quieres estar más cerca de mí?

-Oye. ¿Estoy en el camino? —Dijo Mário, abriendo la puerta, haciendo que Armando rodara los ojos.

-Una de las razones.

Beatriz se alejó y corrió a su oficina. Continuó recogiendo las notas y los detalles de los cajones y guardándolos en la bolsa de basura. Antes de mudarse, iba a tirarlo todo por la borda. Estaba decidido a salir de allí lo antes posible.

-Lo siento, me equivoqué, no sabía que ya estaba haciendo cosas con tu monstrete ponendo todo en riesgo.

-Shiu. -Susurró -Beatriz quiere alejarse de mí!

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora