Capítulo 4

616 49 2
                                    

 Capítulo 4 Qué regalo!

Horas después, en el barrio de Palermo

Armando no sabe lo que hace, pero ahora está en la puerta de la casa Pinzón, entrando junto a Don Hermes.

-¡¡DON ARMANDO !! –Todas del cuartel y más Freddy y Wilson están ahí. En el tocadiscos, el tango de don Hermes. Doña Júlia sirviendo passabocas. Luego don Hermes mostrando el mosaico (de las fotografías, si?) de Betty y contando la historia del tío Lázaro. Nicolás llega con una serenata .conuns mariachis. "Novia Mia" al son de la música de mariachi, que hace morir de celos a Don Armando, vertiendo más whiskies en su boca.

Después de mucho preguntar, Beatriz logra convencer a sus compañeros de trabajo de que se vayan a sus casitas, dse quedando a penas Armando, nlos de casa.

Cuando doña Julia lleva a Hermes a acostarse, Armando dice:

-Será mejor que me vaya ahora. ¡La fiesta estuvo genial, Betty!

-No mucho. ¡Ahora será mejor!

-¡Será mejor que me vaya, Betty! Ya es tarde. ¡Ven y acompañame hasta la puerta, picarona! -pero Betty no se va -¿Por qué no me acompañas?

-¿No íbamos a salir? -con una mirada triste.

-Pero, Betty, ya es tarde y no hay nada abierto.

La expressión triste em el rostro de la niña es tan visible que le rompe el corazón.

-Está bien! Vayamos y veamos qué está abierto!

-¿De verdad? - Su sonrisa metálica reflejaba su alegría. Ella está tan feliz que lo besa suavemente en los labios, sorprendiéndolo.

Beatriz le dice a su madre que su jefe la va a invitar a cenar.

-Pero es tarde, hija. Si tu padre se despierta...

-Tengo que irme conél, mamá! Ayúdame! Necesito pasar un poco de tiempo con don Armando. ¡Vino aquí y se va a entristecer si no me voy a cenar com él!

-Está bien!¡Porque es tu cumpleaños. ¡Me alegra que incluso tu jefe haya venido aquí!

-Sí. Por eso tengo que salir con él!.

Después de que salen de la casa de los padres, Betty, en el auto, ya emocionada y passada de tragos, empenza a besarlo, con ganas.

-Estás muy emocionada, ¿eh, picarona?

-¡Oh, don Armando!

Betty no sabe cómo explicarlo, pero ese hombre la vuelve loca, estaba fuera de su control, con él solia hacer cosas que no podría hacer normalmente. Cosas que siempre soñó hacer, pero que nunca tendría el valor de hacer si no fuera por él, Don Armando. Porque nunca había sentido tanto deseo por un hombre como por él. Cómo quería besarlo, sentarse en su regazo como lo había hecho la noche anterior y besarlo, besarlo hasta saciarse de él..

Armando, por otro lado, está en pánico. Por el plan, probó sus besos y se había acostumbrado a ellos e incluso le gustaban demasiado. Pero ahora, Beatriz estaba loquita y quería dar un paso adelante en su relación. Hacer el amor! Pero Armando no quería nada de eso. ¿O quería y no podía admitirlo?

-Pero Betty, ¿quietita si? ¡No podemos hacer esto aquí en el coche!

-Ojojojojo lo siento, Don Armando!

-¡Yo entiendo! Entiendo que tienes estas ... estas cosas. Pero tenemos que mantener los pies en la tierra.

-Yo se. Lo siento, Don Armando. –roja como uma amapola

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora