Capítulo 9

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       Armado fue el primero en despertar, cuando la vio duermiendo a su lado, pegada a él. Recordar cómo se habían amado tan ardientemente lo volvió a excitar. Si dormir al lado de alguien era difícil (normalmente, después de tener sexo, despedía a su amante, o como mucho la llevaba al hotel), antes solo habia duermido con Marcela, ya que había sido su novia durante tanto tiempo. Despertar y excitarse una y otra vez con la misma mujer no había sucedido en mucho tempo, ni con Marcela.

         Tan pronto como la sintió, comenzó a acariciarla. Había dormido desnuda, envuelta en sábanas, cansada de la jornada laboral de 12 horas, salir con las amigas y hacer el amor apasionadamente com él. Él quería volver a sentirla. Sabía que ya no era una obligación para asegurar la empresa, ella tenía algo que le inspiraba ternura, desde que la contrató, admiraba su inteligencia y ahora que descubría su sensualidad y suavidad con solo tacto, la deseaba mucho.

Luego sonrió con nostalgia y comenzó a acariciarla con las yemas de los dedos. Pronto, Beatriz se despertó:

-¿Qué haces?

-Oh, uh, Betty, nada. Yo solo ...

- ¿Acosarme mientras duermo? (¿Ella estaba enojada?)

-No, Betty, es solo que ...

-¿No crees que merezco dormir un poco antes de ir a mi casa? Tengo que levantarme temprano para estar en su empresa, doctor. –parecia enojada.

-Lo sé, Betty, lo siento. Es solo que pensé que querías...

-Quería, ¿qué?

-Es ... es ... hacer amor de nuevo. –habló bajito,como um niñito apenado.

-Si quisiera volver a hacerlo te estaría acariciando y no durmiendo.

      Armando está desconcertado, esa mujer que aparentemente no tenía nada atractivo y hermoso, tenía un cuerpo suave y cálido, una piel tersa que invitaba al tacto. A pesar de los brackets, su beso era agradable, dulce y caliente. Pero, ahora lo rechazaba. ¿Cómo asi?

¡Detente, Armando, detente! ¡Ella ya no lo quiere! Cálmate, hermano. " –pensó- Estaba triste con su desprecio, nadie le había dicho eso. Por lo general, le rogaban que lo volviera a hacer sexo de nuevo  - "Voy a darme una ducha, a acariciarme, a hacer algo con esto". Jugaba con su sexo, enorme y voluminoso, dispuesto a tener a Beatriz de nuevo en sus brazos.

    De espaldas a él, Beatriz intenta contener la risa. Al mismo tiempo, comienza a sentir que su deseo aumenta. El fuego líquido corre por sus piernas mientras recuerda las manos de él recorriendo su cuerpo. Lo mira con recelo. Él comienza a levantarse, y cuando se da cuenta, ella lo alcanza, de espaldas, como por casualidad. Como estirándose, frotando su espalda contra él. Sienta su desesperación.

-Oh perdón, Don Armando.

-Ok! -¡Era justo lo que faltaba, rozarme!    -habló él con los dientes apretados.

Él iba a levantarse para irse al baño.

-¿Adónde vas, Don Armando? ¿Ir a comer algo?

-Comer comer. ¡Tengo mucha hambre y ganas de algo más! -dijo entre dientes apretados

-¿Qué dijiste, Don Armando?

-¡VOY AL BAÑO!

-Todo bien. Sólo pregunté.

-Perdón, Beatriz, es solo que ... (se sienta en la cama volviéndose hacia ella, sentíase mal, porque fue grosero con ella)

-¿Sí?

El lado "B" de BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora